Polémico cierre

La UEFA aplaza el cierre y permitirá jugar el Atlético-Liverpool en el Calderón

Más de 3.000 aficionados ingleses tienen ya su entrada y el viaje contratado para Madrid la próxima semana.

La Voz de Galicia, Efe | Red. digital , 16-10-2008

A falta de una confirmación oficial por parte de la UEFA, que no se había producido a última hora de ayer, el Atlético ya estaba convencido de que el organismo que rige el fútbol continental anunciaría hoy un aplazamiento de la sanción, decisión que permitiría que el Liverpool disputara en el Calderón el partido del 22 de octubre.

Al parecer, la UEFA habría tenido en cuenta que no hay tiempo material organizar el encuentro entre los ingleses y los rojiblancos en un estadio situado a 300 kilómetros del Calderón. Todas las entradas para el partido ya han sido vendidas. Y unos tres mil aficionados del Liverpool han adquirido también sus localidades y han reservado vuelos y hoteles para desplazarse a Madrid.

El Atlético, que presentará hoy su apelación, confía en que, como mal menor, solo tenga que cumplir un partido de clausura. La entidad rojiblanca tiene de plazo hasta mañana para exponer sus argumentos ante la UEFA, que probablemente tomará una decisión definitiva sobre el cierre este domingo.

Enrique Cerezo, presidente rojiblanco, expresó la «indignación» y la «sorpresa» del club por la sanción de la UEFA «por entender que la resolución se basa en un informe del secretario general del Olympique de Marsella, que envía a Platini».

Cerezo añadió que ese escrito «fue presentado el día 6 de octubre, fuera del plazo regulado por la UEFA de 24 horas máximo una vez transcurrido el partido para cualquier reclamación que se produzca», y afirmó que «cuanto menos sorprende» que el informe de disciplina de la UEFA, «basado en las denuncias del Olympique de Marsella, lleva fecha del 10 de octubre».

La situación de los aficionados del Liverpool, de los que más de 3.000 ya tenían el viaje y la entrada compradas, han pesado también sobre la decisión de la UEFA, que veía complicado reubicar todo el dispositivo de un partido de Liga de Campeones en menos de una semana a más de 300 kilómetros de distancia de Madrid.

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