La redada se produjo el día que los responsables del bar, ubicado en el barrio de San Francisco, estaban pintándolo para desinfectar. El Departamento de Sanidad hacía decretado su cierre tras descubrir, en una inspección rutinaria, excrementos de rata en el suelo. Además de falta de higiene, en el establecimiento, vinculado en otras ocasiones al narcotráfico, se detectaron nuevas irregularidades, si cabe más graves, por lo que definitivamente ha quedado cerrado al público.
La Unidad de Drogas de la Policía Municipal de Bilbao ha detenido a cuatro hombres y ha decomisado distintas cantidades de cocaína y heroína en el local. Los policías ocuparon 1.700 euros producto de la venta de drogas en las tres horas que la persiana llevaba abierta. Su responsable B.B., africano de 31 años «promovía, favorecía y facilitaba» la distribución de sustancias a otros traficantes, señala la nota de prensa de la guardia urbana.
«Base de operaciones»
Las averiguaciones de los agentes antidroga, que interceptaron numerosos ‘pases’, descubrieron que algunos camellos utilizaban el establecimiento hostelero, muy conocido en el barrio, como «base de operaciones». Recibían allí llamadas de toxicómanos a los que entregaban las dosis en las inmediaciones.
Se da la circunstancia de que uno de los detenidos, M.D., tenía una orden de expulsión por un período de diez años ejecutada la pasada primavera. Había sido condenado a cuatro años de cárcel, también por tráfico de drogas, y se le ofreció la oportunidad de conmutar la pena optando por la repatriación, tal y como permite ahora la legislación. Sin embargo, el individuo quebrantó la medida y volvió a Bilbao, donde continuó con su lucrativo negocio ilegal. Esta vez, tras ser presentado ante el juez de guardia, M.D. ingresó en prisión de forma inmediata.
Ni él ni ninguno de los otros tres arrestados, que fueron puestos a disposición judicial, tienen documentación legal para permanecer en España.