Sucesos

Ocho detenidos por incitar a sus hijos a robar

Los menores, alrededor de una decena, habían cometido más de 40 robos en las últimas cuatro semanas

La Vanguardia, , 15-10-2008

LUIS BENVENUTY – Badalona

Los vecinos dicen que los detenidos llevaban poco tiempo en el barrio y que sus hijos atracaban a ancianas
Los Mossos d ´ Esquadra y la Guardia Urbana de Badalona detuvieron ayer en el barrio de la Salut al menos a ocho gitanos de origen rumano, acusados de incitar a sus hijos menores de edad a cometer en las últimas cuatro semanas más de 40 robos, principalmente tirones. Según informaron a La Vanguardia fuentes cercanas a esta espectacular operación policial, la mayor parte de las víctimas de estos delitos son vecinas de Badalona de avanzada edad. Algunas de ellas sufrieron contusiones y heridas de consideración durante los asaltos.

Las pesquisas continúan abiertas y los investigadores sospechan que los detenidos también podrían haber obligado a sus hijos a cometer otros robos en el centro de Barcelona. Los pequeños, alrededor de una decena en torno a los 10 años, agregaron las fuentes, se encuentran bajo la tutela de la Generalitat a la espera de que sus padres pasen a disposición judicial. Hasta entonces, una vez que los Mossos hayan concluido las diligencias, no proporcionarán ninguna información sobre este asunto.

Los argumentos de la fiscalía serán claves para que el juez encargado del caso pueda responsabilizar a los progenitores de los delitos cometidos por los niños. Hace dos años y medio los Mossos ya llevaron a cabo una operación similar, pero que apenas tuvo consecuencias. Ayer, las policías autonómica y municipal iniciaron a las seis de la mañana un espectacular despliegue con varias furgonetas, numerosos agentes, pasamontañas y chalecos antibalas para cortar varias calles y registrar tres domicilios.

Los aterrados ojos de un niño de menos de diez años saliendo de un portal de la calle Juan Valera, los ojos de un menor seguido de una mujer esposada y ayudado por una agente a subir al furgón policial, ilustran quiénes son las víctimas de este asunto.

Los vecinos aprovecharon para denunciar un progresivo incremento de la inseguridad ciudadana desde finales de verano. Dijeron que los detenidos llevaban pocos meses en el barrio, que sus hijos se apostaban en las esquinas para arrancar las collares a las mujeres mayores, que la degradación había vuelto a sus escaleras y portales.

El badalonés barrio de la Salut saltó a los titulares a finales del año pasado a raíz de diversas manifestaciones vecinales de corte racista exigiendo la expulsión de los rumanos. A medida que el Poblenou convertía sus solares en el 22@, rumanos acostumbrados a vivir en chabolas fueron asentándose en Badalona. Allí, pakistaníes que habían comprado pisos que nadie quería los ofrecieron a precio de mercado a quienes nadie alquilaría un piso, a quienes se dedicaban a la recogida de chatarra, la mendicidad y el robo. El resultado fue la sobreocupación de viviendas, la proliferación de pisos patera, los pañales arrojados por el patio de luces, la gente lavándose entre contenedores de basura, el nocturno martilleo de chatarra y la crispación. La presión policial expulsó a más de mil rumanos de la ciudad, y los que se quedaron mejoraron sensiblemente sus hábitos. Ello propició que se recuperara una delicada calma.

El precedente del caso Cercel

Gheorge Cercel, una suerte de patriarca, fue el fundador de la primera asociación de gitanos rumanos de Catalunya. Junto con su esposa y dos parejas más, fue detenido en la primavera del 2006 acusado de incitar a sus hijos a cometer robos en el centro de Barcelona. La entonces consellera de Interior, Montserrat Tura, explicó que se trataba de una operación inédita en España y que era una de las prioridades de su departamento. Fuentes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya informaron al año siguiente de que Cercel había pasado unos cuantos meses en prisión, pero que el caso había sido finalmente desestimado. El propio Cercel explicó en el verano del 2007 que continuaba viviendo con sus hijos en la periferia de Barcelona, pero que estaba planeando su regreso a Rumanía.

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