Nada amistoso

El Correo, 14-10-2008

Los insultos racistas contra dos internacionales del fútbol inglés en un partido disputado en el Bernabéu en 2004 no pueden convertirse, cuatro años más tarde, en razón para que la Federación de aquel país vete el campo del Real Madrid para un amistoso con la selección española. Tal actitud equivaldría a condenar a perpetuidad a toda una afición y a un terreno de juego que probablemente no han albergado más expresiones xenófobas que otros muchos escenarios europeos. Al organismo que preside Ángel Villar corresponde decidir en qué estadio se juega y prevenir la más mínima expresión de racismo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)