Inglaterra veta el Bernabéu

El País, WALTER OPPENHEIMER, 14-10-2008

Inglaterra y Fabio Capello han decidido boicotear el Bernabéu por racista. El ex entrenador italiano del Real Madrid y actual seleccionador del equipo inglés ha pedido a su federación (FA) que concierte un partido amistoso con España el 11 de febrero de 2009. De acuerdo con ella, sin embargo, no quiere que se juegue en el estadio madridista debido a los gritos racistas de un sector del público contra sus futbolistas negros cuando ambas selecciones jugaron otro amistoso en noviembre de 2004.

“Este encuentro es uno de los amistosos que nos ha pedido Capello, aunque todavía no se ha confirmado el escenario y el contrato aún no se ha firmado”, explicó ayer el director de Comunicaciones de la FA, Adrian Bevington. “No obstante”, añadió, “la FA y Capello hemos tenido claro desde el principio que no queremos jugarlo en Madrid debido a los incidentes racistas que vivimos en el pasado”.

“España dio una lección de fútbol a Inglaterra sobre el césped y fue una vergüenza en la grada”, coincidieron diversos comentaristas británicos al glosar la victoria de España por 1 – 0 en la cita precedente. Pero buena parte del Bernabéu se pasó la noche metiéndose con los jugadores negros ingleses, en especial con Ashley Cole, Shaun Wright – Philips, Jermain Defoe y Jermaine Jenas, mediante imitaciones de gritos simiescos.

Steven Gerrard, estrella del Liverpool y de Inglaterra, se alineó ayer en la posición de su federación y de su técnico. “Sería bonito jugar contra los campeones de Europa, pero creo que es una buena idea hacerlo en un estadio que no sea el Bernabéu”, declaró en una rueda de prensa en Watford, en las afueras de Londres, donde está concentrado con su selección.

Los ingleses nunca han perdonado los insultos racistas del Bernabéu, que llevaron al primer ministro de la época, Tony Blair, a declararse “muy decepcionado” por los gritos de “¡al bote, al bote, negro el que no bote!” coreados aquella noche. Tampoco han perdonado las palabras pronunciadas un mes antes por el entonces seleccionador español, Luis Aragonés, que durante un entrenamiento arengó a José Antonio Reyes, entonces en el Arsenal, refiriéndose al francés Thierry Henry, que era compañero suyo en ese equipo, como “negro de mierda”.

Igualmente, no han perdonado las mofas a Lewis Hamilton, piloto británico de fórmula 1, proferidas por un grupo de aficionados con pelucas y la cara pintada de negro durante el Gran Premio de Catalunya de 2007.

Pero, más que esos actos, lo que no perdonan es que en España no se acepte abiertamente que hay un problema de racismo y se diluyan esos incidentes con la excusa de que se trata de una minoría, de una manera de hablar o de una simple broma.

El racismo y el sectarismo también existen en el Reino Unido, pero, cuando hay un incidente, las condenas son inmediatas. Así ocurrió cuando hace unos días los seguidores del Tottenham, el equipo de Juande Ramos, dirigieron cánticos homófobos a Sol Campbell, del Portsmouth.

Los clubes ingleses se gastan cada año enormes cantidades de dinero para controlar a los hinchas y expulsar de los estadios a quienes se comportan de manera violenta o tienen conductas abiertamente racistas. Y no se perdonan los deslices coloquiales. Ni siquiera si se producen cuando el autor de los comentarios cree que los micrófonos están cerrados o no existen.

El ex seleccionador inglés Ron Atkinson perdió hace unos años su empleo como comentarista del diario The Guardian y la cadena ITV cuando, pensando que los micrófonos ya estaban cerrados, comentó sobre el internacional francés Marcel Dasailly, entonces en el Chelsea: "Es lo que cuando yo iba al colegio llamaban un jodido estúpido negro

[él utilizó la despectiva palabra nigger] perezoso".

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