El incremento del desempleo en el colectivo inmigrante hace crecer el número de embargos

La Voz de Galicia, 12-10-2008

La mano ancha de las entidades financieras en la época de mayor eclosión del bum del ladrillo – criticada en reiteradas ocasiones por el Banco de España – tiene uno de sus reflejos en el colectivo inmigrante. El ejemplo de empleado sudamericano de la construcción que se ha ido al paro y no puede hacer frente a la hipoteca explica un buen número de los impagos a entidades financieras, sobre todo en la zona centro del país y en la costa mediterránea.

«Por fortuna, se trata de un perfil poco frecuente en la comunidad gallega, cuyas entidades registran unas tasas de morosidad muy inferiores a las españolas», explican a este periódico fuentes consultadas del sector financiero. Por otra parte, los bancos también están dejando de apretar las tuercas a sus deudores hipotecarios para evitar el aumento de su cartera de créditos morosos y retrasar, en la mayor medida de lo posible, los embargos de las viviendas. Bancos y cajas duplican incluso el plazo para comenzar los procesos de ejecuciones hipotecarias, que pasa de los tres a los seis meses.

Hasta ahora, los directores de zona de las entidades apremiaban a sus empleados y responsables de oficinas a que suscribiesen el mayor número de préstamos hipotecarios posible. La oficina más aplaudida era la que más créditos a la vivienda firmaba. Y eso llevó a flexibilizar las condiciones. Ahora son esos centros de trabajo los que soportan una mayor morosidad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)