Los inmigrantes se niegan a aceptar las compensaciones que el Gobierno les ofrece para volver a sus países de origen. Así lo manifiestan sus representantes y las personas consultadas por EL MUNDO, que coinciden en que el Plan de Retorno Voluntario que el Ministerio de Trabajo va a poner en marcha será un fracaso. El Gobierno ofrece la capitalización del paro y el billete de vuelta al inmigrante que quiera retornar a su país con la condición de que no puede volver a España en tres años. El Gobierno estimó inicialmente que unas 10.000 personas podrían acogerse al Plan, pero las peticiones de información son muy pocas y hasta ahora hay escasos inmigrantes que hayan mostrado un interés real. Algunos de ellos consultados por EL MUNDO señalan que la situación económica en su país de origen es mucho peor, otros dicen que han adquirido vínculos sentimentales y otros que no tienen trabajo y, por ello, no pueden acogerse al Plan. Ello sólo pone de relieve que la gran mayoría de los 4,5 millones de inmigrantes que hay en España piensa quedarse definitivamente. De ellos, 300.000 han sido regularizados por el Gobierno en los meses que van desde julio a septiembre. Muchos tienen contratos temporales y precarios, por lo ya están empezando a sufrir los embates de la crisis económica, lo que debería obligar al Gobierno a ser extremadamente restrictivo a la hora de conceder nuevos permisos de residencia.