SUCESOS

Los toxicómanos de Las Barranquillas hallan el cadáver de un latino atado y apuñalado

El Mundo, PABLO HERRAIZ, 12-10-2008

Los toxicómanos del poblado chabolista de Las Barranquillas encontraron ayer un cadáver con las manos atadas, descalzo y con una bolsa en la cabeza. Le habían dado una tremenda paliza y para rematarlo le habían apuñalado al menos una vez en el corazón. Las gentes del lugar aseguran que se trata de un colombiano. Se sospecha que lo mataron en otro lugar.


A las 11.24 horas, la Policía recibió el aviso de lo ocurrido. Enviaron una patrulla para allá, pero el hombre ya estaba muerto desde hacía unas horas, por lo que ni siquiera pudieron intentar reanimarlo. El Samur certificó la muerte del individuo, informó Emergencias Madrid.


Al lugar del suceso, el Camino de la Magdalena, se desplazaron los agentes de Homicidios y Policía Científica para recoger pruebas del crimen.


El Camino de la Magdalena era antes la vía principal del poblado, un camino sucio y embarrado que a su izquierda estaba lleno de chabolas. Ahora esas chabolas, antes de narcotraficantes, han sido derribadas, aunque nadie se ha preocupado de retirar los escombros.


Al lado derecho del camino no hay nada, aparte de basura y jeringuillas. Sólo bajando unos 200 metros por el camino hay un árbol y un pequeño desnivel. Allí encontraron el cadáver los toxicómanos que bajan a comprar sus dosis diarias.


Según relataron ayer a este periódico, «el chaval estaba tirado ahí, junto al árbol, con los pies más cerca del camino. Llevaba una bolsa de plástico blanca en la cabeza, con unas letras».


Lo cierto es que aunque uno llamó al 112, antes lo vieron muchos otros. Sólo que no estaban en condiciones de avisar, y ya están más que acostumbrados a encontrarse muertos en el camino. Sin embargo, uno tuvo la lucidez de avisar a la Policía, porque si no habría pasado mucho tiempo hasta que lo hallaran.


El cuerpo del muerto, del que se ignora la edad, tenía una puñalada certera en el corazón, las manos atadas a la espalda y muchos hematomas en la espalda y la cabeza, dijeron los testigos.


En el terraplén donde lo arrojaron aún se podían ver a mediodía los restos de sangre y los guantes de los trabajadores de emergencias.


Al final del camino, donde comienzan las chabolas que todavía quedan en pie, un hombre recordaba: «Lo han encontrado esta mañana los yonquis, pero pobrecillo, no se puede hacer algo así, tan canalla…».


El fallecido, según el dueño de esta chabola y todos los toxicómanos que lo vieron, es colombiano. No llevaba documentación e incluso iba descalzo y con un chandal negro, según ellos. La Policía no confirmó ayer si era latino, y se limitó a explicar que la autopsia y la necrorreseña (huellas dactilares del muerto) aclararán quién es.


Fuentes policiales indicaron que lo más posible es que el hombre fuera asesinado en otro sitio y después lo arrojaran allí desde un coche. El trasiego de gente y coches es tan grande en este lugar que nada llama la atención, ni siquiera soltar un cuerpo en la cuneta.


Las mismas fuentes indicaron que todo apunta a un ajuste de cuentas por narcotráfico, más probablemente entre delincuentes latinos que entre los habitantes de Las Barranquillas. A la misma altura del lugar del suceso, pero justo en la margen izquierda del camino, el 3 de marzo de 2006 hubo un tiroteo. Un asunto de celos acabó con un muerto y dos heridos junto a las chabolas de Las Niñas y la Amparo. Ahora ya no hay casuchas, pero sigue habiendo muertos.

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