Obituario / JÖRG HAIDER

El líder que resucitó a la ultraderecha

El Mundo, CARLOS ALVARO ROLDAN, 12-10-2008

Muchos ignoran que el carismático ultraderechista austriaco Jörg Haider anheló fervientemente en su lejana adolescencia convertirse en uno más de aquellos elegantes actores que pululaban por las pantallas de cine de su Carintia natal.


Pero sus veleidades artísticas, por exigencia paterna, se esfumaron en una carrera de abogado finalizada en 1973 pero que abandonó en 1977 para dedicarse en cuerpo y alma a la política. Ya en 1972 con 22 años ingresaba en un oscuro partido extraparlamentario fundado por ex funcionarios nazis, el Freiheitliche Partei Österreich (FPÖ, Partido Liberal).


Poco podía imaginar este polémico y camaleónico hijo de zapatero y maestra, ambos nazis convencidos de la primera hornada, que llegaría un día en que se convertiría en uno de los austriacos vivos más conocidos fuera del pequeño país alpino junto al ahora nacionalizado estadounidense Arnold Schwarzenegger, actor y gobernador de California.


Millonario gracias a una controvertida herencia de su tío abuelo Joseph Webhofer, quien se hizo con las propiedades de la familia judía Roifer durante el Tercer Reich nazi, con una ambición sin límites y amante de los coches de lujo más veloces y la ropa cara, en menos de nueve años Haider se hizo con las riendas del FPÖ (1986). En 2000, logró el apoyo de muchos austriacos de a pie y convertía a su partido en la llave del Gobierno austriaco al reunir un histórico 27% de votos en las elecciones parlamentarias federales.


La Unión Europea (UE) se llevaba las manos a la cabeza ante su discurso radical xenófobo, ultranacionalista, contra los inmigrantes y el islam, y antieuropeísta. Por primera vez en su historia Bruselas decretaba sanciones diplomáticas contra uno de sus miembros.


Haider no se amilanó ante la presión exterior y aunque cedió la vicecancillería a su fiel compañera Susanne Riess – Passer, logró manejar muchos hilos del poder en la sombra durante cinco de los siete años que duró el Gobierno de coalición con el Partido Popular (ÖVP), con el conservador Wolfgang Schlüssel al frente. «No necesito ser canciller para cambiar las cosas en Austria», declaró al diario regional Kleine Zeitung.


Y mientras Bruselas echaba humo y él tachaba al entonces presidente de Francia Jacques Chirac de «Napoleón de bolsillo», al alemán Gerhard Schröder de «maleta» y a su ministro de Exteriores Joschka Fischer de «terrorista de izquierdas».


Haider acaparó los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo a principios de 2002 al reunirse en Irak con Sadam Husein durante el embargo internacional en, lo que él llamó, una «visita puramente humanitaria». También se vanagloriaba de contar entre sus amigos al líder libio, Muamar el Gadafi, y a su hijo mayor, Seif al Islam.


Durante sus casi 22 años de vida política este hombre nacido en Bad Goisern en 1950 ha destacado por una habilidad que le ha permitido resucitar cual ave fénix en numerosas ocasiones, cuando muchos contrincantes e incluso correligionarios ya le daban por finiquitado. El mismo bromeaba con este extremo comparándose en 1999 con Jesús de Nazaret. «Me han crucificado y he resucitado», dijo al reconquistar en las urnas el land (estado federal) de Carintia, cargo que aún ocupaba al fallecer. Elegido por primera vez ministro presidente de esta región en 1989, dos años después dimitía en medio de un escándalo por alabar la política de empleo de Adolfo Hitler.


En 2005, tras años de guerra intestina dentro del FPÖ a causa del deseo de moderación por parte de Haider dimitía y entregaba el partido a su ex pupilo Heinz Christian Strache, menos dado a sutilezas dialécticas. Inmediatamente fundó la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ), y si bien en 2006 sólo logró el 4% de los votos, en las recientes elecciones adelantadas se hizo con casi el 11% de papeletas, que sumadas a las del FPÖ otorgaban casi el 30% de los escaños a la extrema derecha en el país.


Su admiración por Adolf Hitler nació en su hogar paterno en Carintia. Sus padres se afiliaron al Partido Nacionalsocialista austriaco en 1929 y más tarde ocuparon destacados cargos regionales durante la locura nazi. Pero su pragmatismo le obligó a aligerar poco a poco su discurso extremista y antes de llegar a la Cancillería incluso pidió disculpas a la comunidad judía.


Sus perlas dialécticas, estudiadamente ambigüas, permanecen para la Historia. En consonancia con el Hitler de los felices años 20, en 1988 calificaba a Austria de «aborto ideológico» y más tarde declaraba que si él hubiera vivido bajo el nazismo «seguro que me habrían encarcelado por ser partidario de una Austria independiente y soberana».


En 1995 rendía homenaje a los sanguinarios Waffen – SS (tropas de élite nazis) como «hombres decentes de carácter» y poco después hablaba de «centros penales» al referirse a los campos de exterminio de los judíos durante la II Guerra Mundial. Sobre los inmigrantes llegó a decir que «roban el empleo a los austriacos» y «son el origen de todos los delitos que ocurren en Austria». Haider pidió su expulsión e incluso exigió que a los solicitantes de asilo se les obligara a llevar dispositivos electrónicos de localización.


Jörg Haider nació el 26 de junio de 1950 en Bad Goisern (Carintia, Austria) y falleció en la madrugada del sábado en un accidente de coche a las afueras de Klagenfurt.

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