mikel ruiz director de cáritas diocesana de bizkaia

"La crisis es como un latigazo, el que está en el extremo es el que recibe el golpe más fuerte"

Dice Mikel Ruiz que los arrantzales autóctonos que en su día abandonaron la sacrificada pesca por la construcción han empezado, ante la quiebra del sector, a regresar a la mar. "Las tripulaciones vuelven a estar formadas por los de aquí y los senegaleses, a buscarse la vida"

Deia, A. Rodríguez, 11-10-2008

bilbao. “Está viniendo gente de otras comunidades autónomas que se ha quedado en el paro, como los temporeros, y tiene la idea de que en el País Vasco no ha afectado tanto la crisis como en el resto”, constata Mikel Ruiz, director de Cáritas Diocesana de Bizkaia.

¿La crisis ha incrementado la petición de ayudas a Cáritas Bizkaia?

Sí. En 2007 recibimos 3.886 solicitudes de ayuda y en el primer semestre de 2008 hemos registrado 2.759. La previsión es que a final de año superen las 5.500. Ahí se ve claramente el incremento.

El sector de la construcción ha sufrido especialmente la recesión.

En los pueblos costeros, como Bermeo y Ondarroa, los que iban a faenar al mar se quedaban en tierra trabajando en la construcción. Se trajo a senegaleses que tenían conocimientos de pesca, quiebra la construcción, las tripulaciones vuelven a estar formadas por los de aquí y los senegaleses, a buscarse la vida.

No está la cosa como para ir rechazando ofertas…

En trabajos de poca cualificación pasa lo mismo, no sólo con inmigrantes, sino también con autóctonos. Cuando hay trabajo la gente que tiene posibilidades de coger un puesto de mejores condiciones, va a ese puesto. Cuando hay crisis, la gente coge trabajos de peores condiciones y los que estaban ocupándolos se encuentran en la calle.

¿La mayoría de los ‘damnificados’ por la crisis son inmigrantes?

A los inmigrantes sí que les afecta más. De los casos que atendimos el año pasado el 50% eran de autóctonos y el 50% de inmigrantes. Este año seguramente crecerán más los de inmigrantes porque son más vulnerables, evidentemente.

¿Han atendido también a ‘familias normalizadas’ en apuros?

El perfil de la persona que acude pidiéndonos ayuda corresponde a una mujer de entre 35 y 45 años, con poca cualificación profesional, que tiene dificultades de acceso al empleo y cargas familiares.

En época de ‘vacas flacas’ los que más sufren son los más débiles.

La crisis afecta a todos, pero para los más vulnerables el impacto es más brutal. Es como un latigazo, el que está en el extremo es el que recibe el golpe más fuerte.

¿Cree que el año que viene la situación de estos colectivos irá a peor?

En la medida en que se siga incrementando el paro, continuará esta tendencia. En cuanto empiece la reactivación económica y comiencen a crearse puestos de trabajo, los que encuentren un empleo mejor dejarán un puesto libre para los que tienen más dificultades.

¿Cualquiera puede verse el día de mañana en esa situación?

Vulnerables somos todos. Entre las personas que atendemos, hay un 7% de gente universitaria. ¿Qué puede pasar ahí? Es un círculo vicioso que no se sabe dónde empieza y dónde acaba: pérdida de trabajo, consumo de sustancias, ruptura familiar… Gente que tiene una vida muy normalizada y de repente el padre bebe, le echan del trabajo o se separan y se complica la existencia.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)