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Italia dice que los gitanos se han ido a la «permisiva España de Zapatero»

La Voz de Galicia, María Signo | Corresponsal, 03-10-2008

El ministro Maroni abre una nueva polémica sobre las diferentes políticas migratorias de ambos países

La entrevista al ministro de Interior italiano, Roberto Maroni, que hoy publica el semanario italiano L’Espresso no va a gustar al Gobierno Zapatero, que es tachado de permisivo con los inmigrantes. Preguntado sobre el número de personas de etnia gitana registradas en los censos que desde hace unos meses se realizan en los campamentos nómadas, respondió que se pensaba que eran unos 120.000, pero al final «han resultado muchos menos», ya que «muchos han ido espontáneamente hacia la más permisiva España de Zapatero». Maroni, sin embargo, no da detalles de cuántos son los gitanos que aún viven en el país.

El Gobierno de Silvio Berlusconi, que hizo de la seguridad ciudadana uno de los puntos fuertes de la campaña electoral, fue muy criticado cuando decidió censar a los gitanos y tomarles las huellas dactilares, incluyendo a menores. En la entrevista, Maroni reitera de nuevo que con esta medida no se ha hecho una «una lista étnica» y afirma que la iniciativa cuenta con el apoyo del 62% de los italianos, basándose en un sondeo del diario La Repubblica . Asegura, además, que la población de los campamentos está compuesta por gitanos de origen rumano, nómadas rom y sintis , inmigrantes no comunitarios e italianos. «El verdadero drama es que la mitad son menores que no tienen padres».

Otro que sumar a la lista

Las diferencias entre Madrid y Roma sobre la política migratoria han ocasionado varios incidentes. En mayo, las primeras medidas del Gobierno de Berlusconi contra los extranjeros sin papeles fueron criticadas por la vicepresidente María Teresa Fernández de Vega, que afirmó que «el Gobierno español rechaza la violencia, el racismo y la xenofobia y por tanto, no puede compartir lo que está sucediendo en Italia». Tras las disculpas de Zapatero al ministro de Exteriores, Franco Frattini, la crisis pareció zanjada, aunque en Italia algunos recordaron que «la Guardia Civil dispara contra los emigrantes, como ocurrió en el 2005 en Ceuta». Más leña al fuego la echó el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, quien se unió a las críticas, mostrando su disconformidad con establecer la inmigración ilegal como delito. Las aguas se calmaron con la visita a Madrid del ministro de Asuntos Comunitarios, Andrea Ronchi, para explicar las medidas.

En la cumbre de la FAO, que tuvo lugar en junio en Roma, Zapatero y Berlusconi celebraron una reunión que sirvió «para aclarar malentendidos», incluidas las desafortunadas palabras de Il Cavaliere sobre el Gobierno rosa del español.

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