Austria elige Gobierno bajo el fantasma del regreso de Haider

Las encuestas predicen para los dos partidos deultraderecha resultadosque les permitiríanllegar al Ejecutivo

El Correo, E. MÜLLER, 28-09-2008

Hace ocho años la Unión Europea ordenó congelar durante ocho largos meses los contactos bilaterales con Austria como castigo a la osadía del entonces líder conservador, Wolfgang Schüssel, de formar una coalición con el ultraderechista Partido Liberal que dirigía Jörg Haider, quizás el político más temido en toda Europa.

¿Cómo reaccionará ahora la UE si los resultados de las elecciones generales de hoy que predicen las encuestas se convierten en una acuciante realidad? ¿Volverá Bruselas a castigar a su socio alpino si nuevamente un líder conservador decide formar una alianza con el Partido Liberal (FPÖ) y la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ), la nueva formación de de Haider?

Alrededor de 6,3 millones de austriacos están convocados a las urnas para elegir nuevos Ejecutivo y Parlamento después de la ruptura de la coalición entre socialdemócratas (SPÖ) y conservadores (ÖVP), que duró sólo un año y medio y que estuvo marcada por una paralización casi general de la gestión gubernamental por las disputas sobre una reforma fiscal y los medios utilizados para luchar contra la carestía de la vida, un caldo de cultivo ideal para los dos líderes de la ultraderecha.

Según los sondeos, el SPÖ, que obtuvo el 35,6% de los votos en 2006, podría caer hasta el 28 – 29%, mientras que su ex socio, el ÖVP, obtendría un miserable 26%, ocho puntos menos que hace año y medio. En cambio, el Partido Liberal, que dirige ahora Heinz – Christian Strache, y la Alianza para el Futuro de Austria de Haider esperan captar casi un 30% de las papeletas, un resultado que les permitiría coger la batuta en las difíciles negociaciones para formar el futuro Gobierno y, con ello, revivir la pesadilla que sufrió el país en febrero de 2000 cuando Schüssel se convirtió en canciller gracias a Haider.

Discurso xenófobo

El extraordinario renacimiento de la ultraderecha austriaca no es gratuito. Tanto Strache, un antiguo discípulo de Haider, como su ex maestro volvieron a recuperar el viejo discurso xenófobo, aunque Haider, con 58 años cumplidos, esta vez introdujo un elemento nuevo en su estrategia e intentó mostrarse ante el electorado como un líder más pragmático y moderno, interesado en el bienestar de sus compatriotas.

Sin dejar de lado su viejo discurso racista – pide la expulsión inmediata de los solicitantes de asilo acusados de haber cometido crímenes – , Haider opta ahora por una imagen de estadista. Durante la campaña destacó que la prioridad del futuro Gabinete debía ser proteger a la población del virus de la inflación.

Strache, en cambio, cautiva a sus compatriotas con frases como «Patria en lugar de islam» y «Viena no debe convertirse en Estambul». «Debemos impedir que nuestros hijos sean insultados en las escuelas como devoradores de puercos y que nuestras hijas estén expuestas a los ojos y manos codiciosos de las hordas de inmigrantes», escribió en un panfleto.

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