Derecho de admisión

El Correo, MANUEL ALCÁNTARA, 28-09-2008

E uropa decide seleccionar a sus huéspedes. No se les exigirá a los trabajadores de otros países que tengan sangre azul, pero se les dará con la puerta continental en las narices en caso de que no tengan la ‘tarjeta azul’. Los ministros de Justicia de la Unión Europea han alcanzado un principio de acuerdo por el cual sólo podrán disfrutar de nuestra hospitalidad quienes posean un nivel de cualificación alto. Los que no hayan tenido la oportunidad de ir a la Universidad, quizá porque en sus países no hay Universidad, deberán abstenerse, pues el primer requisito que se les pedirá a los inmigrantes es tener tres años de enseñanza universitaria.

Cuando se endurece el juego para los de dentro, que las pasan canutas para llenar de gasolina el depósito de sus coches, lo primero que se nos ocurre es quitarles los motores fuera borda a los que vienen en cayucos. No es cuestión de racismo, sino de cultura. Queremos inmigrantes cualificados. No bastará que hayan cursado por libre la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que otros llaman ‘el cuaderno de la calle’. Como se advertía en aquel frontispicio griego, no deben entrar los que no sepan geometría.

Los tiempos malos tienen la costumbre de hacernos peores a los que ya no éramos demasiado buenos. Nos preguntamos qué va a ser de nosotros. Por muy confidencial que sea la voz del ministro Solbes, han llegado a los oídos de todos los nuevos Presupuestos Generales del Estado. Son los más deprimentes de la década. Incluso los consejeros de las Comunidades Autónomas van a ganar un poco menos y quizá llegue el momento en el que repartan entre ellos tarjetas azules. Al fin y al cabo son nativos cualificados y algunos pueden demostrar sus estudios, que sin duda han sido superiores a los de otros consejeros.

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