Diez guardias civiles fueron detenidos ayer en el Aeropuerto de Gando (Gran Canaria), acusados de los delitos de cohecho, coacciones, blanqueo de capital, falsedad documental, hurto y comisión del deber de perseguir delitos.
Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias, su accionar se centraba en ciudadanos extranjeros a los que pedían dinero, en algunos casos, aprovechando que no comprendían bien el idioma español. Su modo de operar implicaba cobrar a los viajeros para agilizar u omitir los trámites aduaneros en materia de control de equipajes o de declaración de dinero.
Aunque las fuentes oficiales no ofrecieron detalles acerca de dónde se encontraban trabajando, se deduce que lo hacían en la unidad fiscal, que es la que tiene contacto con los pasajeros que llegan desde fuera de la Unión Europea, en este caso, de África (Senegal. Mauritania y Cabo Verde).
En la unidad fiscal de Gando trabajan unos veinte agentes, de manera tal que la detención comprende prácticamente la mitad de los efectivos que allí desarrollan su trabajo. Hace dos semanas, un agente de la Benemérita había denunciado el hallazgo de una cámara oculta que filmaba los movimientos, precisamente, en la Oficina del Servicio Fiscal y Aduanero que la Guardia Civil tiene en la zona de llegadas del recinto aeroportuario grancanario, aunque de momento se desconoce si este hecho está vinculado con las detenciones.
Esta unidad es la que tiene el primer contacto con los pasajeros al entrar al aeropuerto y la de Gando se ha destacado como una de las que más droga se incauta de todo el país. Fuentes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil reclamaron el respeto a la presunción de inocencia y a la legítima defensa de los detenidos.