El Ministerio del Interior tuvo que dar la orden ayer por la noche de regresar a España a un vuelo con 101 inmigrantes gambianos que iban a ser repatriados. A pesar de haber seguido el protocolo habitual, según el Gobierno español, las autoridades del país subsahariano no permitieron desembarcar a los inmigrantes del avión tras aterrizar en el aeropuerto de la capital, Banjul. A medianoche, el avión aterrizó de nuevo en Las Palmas.

El vuelo, fletado a la compañía Air Europa, tomó tierra en el aeropuerto gambiano a primera hora de la tarde. A las nueve de la noche, el Gobierno español se veía obligado a dar la orden de regreso tras horas de infructuosas conversaciones con las autoridades gambianas, que alegaban “problemas de orden logístico y burocrático”. Custodiando a los inmigrantes viajaban en el avión 117 agentes de policía.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se aseguró que, aparte de que no es la primera vez que se realiza un vuelo de repatriación de inmigrantes a Gambia, se había seguido el procedimiento habitual. Una misión de las autoridades gambianas había viajado previamente a Canarias para identificar a los nacionales de su país.

Asimismo, informaron fuentes del Gobierno, Gambia conocía todos los datos necesarios sobre el vuelo. Se había remitido una nota verbal desde la Embajada española en Dakar (en la vecina Senegal, ya que en Gambia no hay Embajada), y se había confirmado telefónicamente la hora de llegada del avión y la autorización.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, estuvo realizando gestiones toda la tarde de ayer. Cuando se comprobó que ninguna daba resultado, ni por parte de Exteriores ni de Interior, se dio la orden de hacer regresar el avión a España. Según fuentes policiales citadas por Efe, la permanencia en el interior del aparato, sin aire acondicionado, creó una situación muy tensa, y los inmigrantes se pusieron muy nerviosos.