George Soros anima a denunciar a Italia por el fichaje de los gitanos

El Mundo, MARIA RAMIREZ. Corresponsal, 17-09-2008

Primera cumbre de representantes de la comunidad romaní de toda Europa La camiseta más popular ayer en el último piso de un viejo edificio de la Comisión Europea, que albergaba la primera cumbre sobre los gitanos en la UE, estaba estampada con una gran huella dactilar y la leyenda «contra el fichaje étnico». La repartían voluntarios y la lucían decenas de participantes en una conferencia convertida en una protesta contra el Gobierno Berlusconi.


Cuando una parte del público se levantó y la mostró desafiante, José Manuel DurÆo Barroso, presidente de la Comisión, dijo estar de acuerdo con el mensaje contra la discriminación, aunque no se refirió a la decisión de Italia, entre otras, de tomar las huellas y fichar a la población gitana.


Sin embargo, varios conferenciantes insistieron en la polémica, entre otros el invitado multimillonario, George Soros. El influyente financiero de origen húngaro y responsable del primer encuentro europeo para 400 representantes de grupos gitanos, ONG y gobiernos, animó a presentar denuncias ante el Tribunal de Justicia de la UE contra una práctica «ilegal» y «equivocada. «Estoy profundamente preocupado por el fichaje de los gitanos en Italia. Y temo que se convierta en un estándar europeo», dijo Soros, en un discurso que concluyó con su nombramiento como «ciudadano gitano» por su ayuda a la causa.


Según el financiero, los cerca de 10 millones de romaníes que viven en la UE sufren «el peor caso de discriminación y exclusión social y étnica» en el continente, aunque los políticos de los Estados miembros más afectados, sobre todo los mediterráneos y los del Este, no intervienen porque cualquier iniciativa a favor del grupo es «muy impopular entre los electorados». Los europeos reconocen la discriminación, ya que el 77% de los ciudadanos considera que ser gitano es una «desventaja».


Para Soros, la paradoja es que la situación de los gitanos en Europa oriental ha empeorado con el paso del comunismo al capitalismo por la crisis de las industrias básicas para su supervivencia – como la acería en Hungría – y la falta de protección social.


La Comisión insistió en que no puede intervenir en políticas nacionales y pidió repetidamente a las autoridades estatales y regionales un «esfuerzo mayor» para luchar contra la discriminación, la pobreza, la falta de educación (cerca de la mitad de los niños gitanos no reciben la escolarización básica) o el déficit en la sanidad (la esperanza de vida es entre 10 y 15 años más baja que la media comunitaria). El comisario de Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, aseguró que las instituciones europeas «nunca» permitirían la discriminación, pero, al ser presionado sobre el caso italiano, sólo dijo que permanecerá «alerta».


La única que se comprometió a medidas concretas fue la representante de la presidencia de turno de la UE, la ministra francesa Christine Boutin, que hará propuestas a favor de la comunidad gitana para que los líderes de los Veintisiete las aprueben en su cumbre de diciembre.

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