CARMEN DEL RIEGO – Madrid
Al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, le desautorizó la vicepresidenta cuando dijo que se iban a acabar las contrataciones en origen, pero ayer logró el aval del líder de la oposición, Mariano Rajoy. No obstante, al presidente del PP no le valen las palabras, y por eso emplazó a Corbacho a que actúe y no se quede en unas declaraciones “que no están mal”. Para Rajoy, urge que el Gobierno afronte una reforma de la política de inmigración ante la acumulación de datos preocupantes: “180.000 extranjeros cobrando seguro de desempleo, y 20.000 andaluces que han pedido trabajar en la vendimia francesa”. La conclusión: que esto sitúa a España “como hace muchos años, muchos”.

Mariano Rajoy tomó la inmigración como ejemplo de la inactividad del Gobierno, pero sobre todo de la descoordinación. Si ya el sábado, el vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, le puso el título de “La vice me corrige” a las ruedas de prensa de María Teresa Fernández de la Vega, que en las últimas semanas han servido para reconvenir a distintos ministros, ayer Rajoy, en su intervención ante la junta directiva regional, llegó a calificar de “obscena” la descoordinación del Gobierno, donde nadie coordina nada, dijo, “y así nos va. Es un peligro”. Un Gobierno, subrayó, “sin proyecto, dividido y en situación de debilidad y de soledad parlamentaria”.

Y es que Rajoy cree que el Ejecutivo tiene dificultades para pactar con el resto de grupos pese a tener 169 diputados, cinco más que en la anterior legislatura.

El presidente del PP mostró su preocupación porque ahora el PNV se ofrezca para apoyar los presupuestos a cambio de las transferencias que pide Ibarretxe, algo que denunciará el PP, porque los presupuestos, remarcó, “deben tener como único objetivo abordar la crisis y ser un instrumento adecuado para salir de la crisis” y no están “para cambiar cromos”. Con estos planteamientos, no le extraña que el debate del miércoles pasado en el Congreso haya sido “un fiasco”, en el que lo único que ha quedado claro, insistió el líder popular, es “que el PP tiene propuestas y el presidente del Gobierno no”.

Durante su intervención ante la junta directiva, Rajoy pasó revista a otros muchos asuntos de la actividad política, comenzando por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la consulta que pretendía Ibarretxe. Para el líder del PP, se verá la trascendencia del fallo del tribunal en “decisiones futuras”, en clara referencia al Estatut.

En el plano interno, el líder del PP puso ayer en marcha la maquinaria electoral de cara a las municipales del 2011, sin pararse a analizar las elecciones vascas, gallegas y europeas de esta primavera. Lo hizo para pedir a las organizaciones territoriales que pongan mucho cuidado en la designación de los órganos de dirección del PP en los congresos regionales y provinciales que se celebrarán a partir de este fin de semana, porque esas designaciones “repercutirán en las candidaturas”, unas listas que en el caso de estas elecciones “son tan o más importantes que el partido por el que se presentan”. Rajoy es consciente de que si quiere ganar las generales del 2012, las municipales del año anterior serán un buen examen previo.