EDITORIAL

Problema social

Diario Vasco, , 16-09-2008

El Ayuntamiento de San Sebastián instó ayer a la Diputación Foral de Gipuzkoa a que garantice una mejora en la eficacia del servicio de tutela de menores. A la hora de plantear esta solicitud, el ayuntamiento donostiarra no pone en cuestión la voluntad del departamento foral de Política Social de procurar una atención adecuada a los menores acogidos, pero sí la eficiencia en la gestión del servicio contratado. Recientes actuaciones de la Guardia Municipal de San Sebastián contra el trapicheo de drogas en la Parte Vieja han desembocado en la detención de tres menores tutelados por la Diputación muy de madrugada. Una situación que viene produciéndose de manera reincidente y que suele concluir con el menor identificado y trasladado al centro de menores de Tolosa. El departamento foral de Política Social presta atención integral a más de 1.300 menores cada año con el propósito de promover su integración social. Una cifra que crece sin cesar y de manera persistente y continuada.
La persistente conflictividad provocada por algunos menores bajo la tutela de la Diputación no deja a los responsables forales otra alternativa que mantener una actitud de tolerancia cero con el fin esencial de que las actitudes individualizadas más conflictivas no acaben proyectando una imagen negativa de todo el conjunto de menores acogidos por la institución foral. Que sean inmigrantes o no, tiene una trascendencia poco significativa, porque no es la condición de inmigrante o autóctono la que subyace tras la mayor o menor conflictividad de unos menores, sino sobre todo la exclusión social y el desarraigo emocional, social y familiar que puedan padecer. El departamento foral de Política Social dispone de treinta centros repartidos por el territorio de Gipuzkoa para atender los diferentes programas de acogimiento, pero la actual oferta de plazas disponibles resulta insuficiente aún para hacer frente a la demanda existente. En este contexto, el problema apela también al conjunto de la sociedad guipuzcoana, que se enfrenta al deber moral y responsabilidad colectiva de tomar conciencia del problema de los menores, algunos de ellos inmigrantes, que se encuentran solos, sin amparo familiar y sin la posibilidad de integrarse socialmente mediante el desempeño de una actividad profesional.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)