El departamento foral de Política Social presta atención integral a más de 1.300 menores cada año con el propósito de promover su integración social, aunque el conflicto es inevitable si se consideran las circunstancias biográficas de muchos de ellos.

Frente a los actos delictivos cometidos por algunos menores, la Diputación asegura que mantiene una actitud firme, porque la conducta de estos chicos «perjudica de manera clara a sus compañeros ajenos a este comportamiento vandálico al situarlos en una situación de indefensión frente a la lógica crispación social» que generan las agresiones o los incidentes provocados en los mismos centros de acogida.

Los actos delictivos y los comportamientos conflictivos suelen ser protagonizados por una minoría de los menores en custodia. Según fuentes forales, Entre los extranjeros, los informes judiciales determinan que el 10% tiene problemas de adaptación y de conducta; entre los autóctonos, este porcentaje se incrementa.

Entretanto, el número de menores acogidos crece sin cesar. Baste como dato orientativo que si durante el año pasado se atendió a un total de 1.350 menores, – 1.100 de Gipuzkoa y 250 extranjeros no acompañados – a 31 de mayo de este año, ya se había prestado atención a 1.258 chavales.