Todos los alumnos extranjeros recién llegados a Vic irán a un centro separado

El País, EVA CLOTA / SEBASTIÁN TOBARRAVIC / BARCELONA, 16-09-2008

En Vic, todos los caminos conducen al alumno inmigrante recién llegado al llamado “espacio de bienvenida educativa”, es decir, a un centro separado donde permanecerá de forma temporal antes de ir a la escuela con el resto de los alumnos.

Ayer, 21 niños y jóvenes de Ecuador, China, Uruguay, India, Colombia, Polonia, Perú y Nigeria estrenaron el primer espacio de esas características, iniciativa sobre la que sobrevuelan numerosos interrogantes que reciben respuestas distintas de las administraciones implicadas (véase la columna adjunta).

En Reus también habrá tres centros, aunque tardarán unos días en entrar en funcionamiento. La Generalitat promueve esas aulas separadas, con la etiqueta de experimentales, con el apoyo de los ayuntamientos.

Al centro de Vic irán todos los extranjeros, “vengan de donde vengan, sean del color que sean” y lleguen o no dentro del plazo de matrícula, dijo el alcalde, Josep Maria Vila d’Abadal (CiU). La comisión de escolarización los derivará al centro, agregó.

Las aulas separadas no son escuelas. Se pretende que en ellas los recién llegados aprendan nociones de catalán para comunicarse y se familiaricen con el entorno. El tiempo medio de permanencia en ellos será de 30 horas, a razón de cuatro horas por día, es decir, unos siete u ocho días. Pero el periodo se puede prolongar hasta más o menos un mes, antes de integrarse en las escuelas ordinarias, dijo la regidora de Educación de Vic, Anna Erra. Además los padres recibirán informacion durante 10 horas. El alcalde rechazó que estos centros segreguen alumnos. “Ir a una escuela sin preparación sí es una segregación porque allí sí que los segregan”, afirmó.

Este curso pasarán por el centro de Vic todos los alumnos extranjeros que han llegado fuera de plazo de matrícula, pero se pretende que en el futuro vayan todos los alumnos extranjeros aunque lleguen dentro del periodo de matrícula, dijo el alcalde. Esta afirmación choca con el plan expresado por el Departamento de Educación, que afirmó que irán a él los alumnos que llegan con el curso ya empezado.

Vic tiene 40.000 habitantes, el 23% de ellos extranjeros. Cada curso llegan a la ciudad unos 25 alumnos por mes.

El consejero de Educación, Ernest Maragall, volvió a defender ayer estos espacios, al tiempo que SOS Racismo los criticaba. “Nadie sabe cuánto durará la estancia ni para qué deben servir”, reprochó esta asociación.

Los padres que acudieron al centro se mostraban satisfechos. El primer contacto lo encabezó la educadora social, Cesca Morera, y sirvió para explicar a los padres que mientras sus hijos no tengan escuela asignada disponen de este servicio para aprender las primeras nociones de catalán, cómo se deben y pueden relacionar con el nuevo entorno y en qué consiste su próxima escolarización.

“Venimos voluntariamente para asistir a este curso y luego tener colegio aquí”, dijo Ledis, colombiana, junto a sus hijos de 14 y 15 años. Alex, polaco, lleva año y medio en Vic y ayer llegó con su hijo de 10, que apenas lleva un mes en la ciudad. Shina Alaran, un padre nigeriano, dijo: “Este lugar me parece bien”.

La peruana Nelly Aguado acudió con sus cuatro hijos. “Me han dicho que tengo que venir para poder llevar a los tres chicos a la escuela”, explicó. Según la inspectora de Educación, Maria Eugènia Anta, estos centros nacen para preparar el ingreso a la escuela de los chicos, “pero también nos han de permitir”, añadió, “conocer las necesidades emocionales, físicas y psíquicas del alumno”.

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