Las dos caras de los realojos de O Vao

La Voz de Galicia, Jaime Velázquez, 15-09-2008

Las familias gitanas del poblado de Pontevedra asisten con desigual suerte a su nueva vida fuera de la chabola. Un camino difícil, marcado por el recelo social

Las familias gitanas del poblado de Pontevedra asisten con desigual suerte a su nueva vida fuera de la chabola. Un camino difícil, marcado por el recelo social

Hace casi un año las excavadoras entraron en el poblado chabolista de O Vao, en el municipio pontevedrés de Poio, y dieron un vuelco a la vida de nueve familias gitanas. Las arrancaron de su entorno, y les brindaron la posibilidad de una nueva vida.

Una oportunidad de salir de la marginación que iban a tener que ganarse a pulso. Tres familias fueron realojadas en pisos de alquiler en Pontevedra y Marín. Dos obtuvieron una casa en Caritel, tres en el barrio pontevedrés de Monte Porreiro y una en Boavista (Poio).

Ocho meses después de recibir sus viviendas, los chabolistas han asistido con distinta suerte a su proceso de integración. Del fracaso absoluto de las familias de Monte Porreiro, expulsadas por los vecinos del barrio, al éxito de la pareja de Boavista, pasando por la agridulce situación de los de Caritel, que soportan, todavía, manifestaciones a la puerta de sus casas.

Para todas ellas, a pesar de los sin sabores, el cambio ha sido para mejor. Las tres familias de Monte Porreiro acaban de obtener una casa junto al poblado de O Vao, y empiezan andar el camino que los demás ya llevan recorrido.

El principal escollo con el que se han encontrado ha sido el recelo vecinal. Tan solo una familia, la de Boavista, parece haberse salvado de la ola de rechazo que ha recorrido Galicia, desde Pontevedra hasta A Coruña con los realojos de Penamoa.

Los ciudadanos reclaman que se erradiquen los focos chabolistas, pero luego no están dispuestos a convivir con las personas que proceden de ellos. «¡Que los dejen donde están!», gritaban en Monte Porreiro. Para Santiago Avión, responsable de la Fundación Secretariado Gitano en Galicia, el esfuerzo no lo deben hacer los vecinos, sino la Administración. «Os acontecementos de Monte Porreiro provocaron un enfrontamento entre os concellos de Pontevedra e Poio e deron ánimos aos movementos insolidarios e xenófobos», explica Avión.

Aunque unos hayan salido mejor que otros, los realojos de O Vao han sido un ensayo general. La experiencia ha animado a muchos habitantes del poblado a emprender el camino a la integración. Sus hijos dejarán de llevar el estigma, esa palabra maldita: «chabolista».

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