El hacinamiento que registra Tenerife II ha obligado a trasladar a 70 presos de la cárcel tinerfeña hasta otras del territorio peninsular, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas a los hechos, quienes precisaron que el citado traslado se realiza hoy.

La mayoría de los reclusos que salen hoy son de nacionalidad extranjera. Esta ha sido una de las reivindicaciones de los sindicatos, con el fin de que Instituciones Penitenciarias agilice los traslados a la Península de las personas que cumplen condena en Tenerife II, pero no tienen vinculación familiar en la isla. De esta forma se alivia el colapso que registra la cárcel tinerfeña. Así lo manifestó ayer a este diario el portavoz sindical del CSI-CSIF en el centro penitenciario de Tenerife II, Bernardo Fernández, quien recordó que, en concreto, Tenerife II está al doble de su capacidad.

No obstante, sólo se traslada a penados, es decir, a los que tienen condenas firmes, porque sería muy complicado desplazar a las cárceles peninsulares a un preventivo, que puede ser reclamado por el juez o la Policía con frecuencia para llevar a cabo la investigación del delito.

Así, los traslados se han convertido en una forma de aliviar la presión y se emplea como medida de urgencia desde hace años.

Además, cabe destacar que más de mil presos canarios cumplen condena en cárceles peninsulares, con el consiguiente desarraigo que ello supone.

Aunque los traslados también se realizan entre las islas. En Tenerife II hay muchas personas de Gran Canaria que cumplen condena aquí por la falta de espacio en Salto del Negro (Gran Canaria).

Tenerife II fue construida para albergar a 720 presos, pero acoge a cerca de 1.500. Por su parte, Salto del Negro fue concebida para 690 reclusos, y actualmente sopor-ta más de 1.300.

Según los datos de Instituciones Penitenciarias, en Canarias hay un total de 3.357 internos. Uno de los problemas del hacinamiento es que en los módulos pueden llegar a convivir presos primerizos con reincidentes, jóvenes con adultos o nacionales con extranjeros.

Al aumento de la delincuencia se une que ahora se contemplan más delitos con penas de cárcel, como los derivados de la circulación o de la violencia de género, que lleva a prisión a un gran número de personas.

Aunque los internos aumentan de forma progresiva, sin embargo la oferta de empleo público para prisiones no crece sustancialmente. Los funcionarios de prisiones recalcan que la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) es la misma para 700 presos que para 1.500, por lo que es difícil conseguir buenos resultados en temas de reeducación o reinserción.