«Por fin se ha podido dormir»

ABC, 10-09-2008

POR ÁLVARO PÉREZ

ROQUETAS DE MAR. Después de dos noches de altercados, el barrio de Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar empieza a recobrar cierta tranquilidad. La presencia de la Guardia Civil evitó nuevos problemas la madrugada del lunes al martes y el día transcurrió sin complicaciones, aunque los vecinos opinan que la realidad de la barriada no es exactamente la que se vivió ayer.

Un inmigrante senegalés cree que cuando la Benemérita abandone el barrio «se recuperará la verdadera normalidad, para bien y para mal. El silencio de ayer era raro», asegura. Con la presencia de las autoridades en la zona «estamos seguros y tranquilos, pero después volverá la droga de madrugada», afirma un joven ghanés actualmente en paro. De hecho, hay quien no recuerda una noche así de calmada desde hacía mucho tiempo. «Ayer fue la primera vez que duermo bien en los últimos seis meses», asegura Salif, otro vecino senegalés del barrio que trabaja en los invernaderos de la localidad. «Normalmente los gitanos no nos dejan dormir – explica – . Pasan con los coches y las motos y ponen música a las tres o cuatro de la mañana, sea sábado, lunes o miércoles».

«Tenemos que defendernos»

Los africanos siguen reclamando justicia aunque han decidido aparcar la violencia para no causar más problemas. A pesar de todo, ayer por la mañana se produjo un roce aislado entre personas de distintas razas. «No tiene nada que ver con el asesinato, pero los negros tenemos que defendernos. ¿O quieres que nos quedemos parados si nos atacan?», pregunta un joven guineano a una mujer española que lleva 36 años en el barrio. Ella defiende a «los morenos» y asegura que «son buenos, a mi me ayudan a bajar la basura porque tengo las piernas mal. No tienen maldad, pero siempre lo pagan los mejores», lamenta.

En esa línea, la mayoría de españoles que viven en la zona aseguran a los periodistas que llevan mucho tiempo conviviendo sin problemas con los inmigrantes. Sin embargo, en los corrillos privados, sus palabras se radicalizan. Después de presenciar un enfrentamiento entre extranjeros, un español comenta a sus amigos: «Son unos animales, como todos los de allí». «Todas las pateras que vienen se tenían que ir al fondo», apostilla otro.

Mientras los vecinos del barrio siguen a la expectativa y los ánimos se van calmando, la Guardia Civil permanecerá en el barrio. Según confirmó el subdelegado del Gobierno, seguirán en Las 200 Viviendas el tiempo que haga falta para evitar más conflictos. Además de garantizar la seguridad en el barrio, las autoridades tratan de encontrar al asesino del senegalés Ousmane Kote, por lo que han ampliado su búsqueda a otras zonas de España. De momento, el que sí ha sido detenido es un marroquí que participó en la pelea mortal.

Un cubo de agua

El suceso, que continúa siendo confuso, se produjo, al parecer, cuando Kote trató de poner paz en un enfrentamiento desatado entre el español que finalmente le causó las heridas de arma blanca, y un vecino que, molesto con el ruido que estaba haciendo, le arrojó un cubo lleno de agua. De hecho, los vecinos aseguran que el criminal, un payo casado con una mujer gitana era de esos tipos que armaban alboroto cada noche.

Además, todos en la barriada sostienen que ni la víctima ni sus dos compañeros de pisos consumían sustancias estupefacientes. Y coinciden igualmente en que el sospechoso trapicheaba con drogas en uno de los dos edificios que fueron incendiados la primera noche. Varios subsaharianos afirmaban que ellos «nunca» han tenido enfrentamientos con los vecinos de la barriada y sin embargo el asesino «era un problema para todos».

Mientras continúa la investigación, la maquinaria judicial no se detiene. Ayer, el Juzgado de Instrucción número 1 de la localidad decidió el ingreso en prisión de uno de los implicados en los graves altercados, mientras que otros siete quedaron en libertad con cargos. La identidad del encarcelado, que como el resto está acusado de desórdenes públicos y resistencia grave a la autoridad, no fue revelada. El juez dictó para sus otros siete compañeros medidas cautelares con las que se pretende garantizar su presencia en el proceso judicial abierto, que consisten en la prohibición de abandonar el país, la retirada del pasaporte o la obligación de personarse ante la autoridad judicial cada quince días.

Polémica política

Por otra parte, la polémica por lo sucedido enfrenta a los dos grandes partidos. Así, el portavoz del Grupo Socialista en Andalucía, Manuel Gracia, criticó ayer que el PP intente culpar del incidente «a la escasez de recursos económicos del Ayuntamiento». A su juicio, esa afirmación supone «pasarse de rosca». Gracia aseguró que el «único culpable» de la muerte del senegalés fue de quien le asestó la puñalada. «Los socialistas no hemos culpado al alcalde, sino que estamos siendo respetuosos con un hecho que tiene que hacernos reflexionar», añadió. Según él, sería una «irresponsabilidad» extraer cuestiones partidistas de un «hecho tan trágico como éste».

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