SAN JOSÉ.— Costa Rica decretó un “hasta aquí” al apetecido negocio de los matrimonios de papel o por poder de emigrantes económicos cubanos, narcotraficantes colombianos o prostitutas dominicanas con costarricenses a los que no conocen.

Un fallo de la Sala Constitucional de Costa Rica estableció que los extranjeros casados con costarricenses deben probar su convivencia, para obtener la residencia en este país. El dictamen afecta el constante e intenso flujo de nicaragüenses, colombianos y dominicanos (hombres y mujeres) que, para legalizar su situación migratoria en esta nación, pagan por un matrimonio con un costarricense con quien nunca han convivido.

“Es absolutamente cierto: el fallo le cierra una puerta a las mafias del crimen organizado”, dijo Mario Zamora, director general de Migración y Extranjería de Costa Rica, en una entrevista con EL UNIVERSAL. “Es un paso en la dirección correcta, pero todavía es insuficiente”, añadió, al subrayar que falta imponer sanciones penales a los abogados que controlan el negocio.

“Tenemos identificados 44 notarios costarricenses que permanentemente se dedican a este tipo de actividades. Por eso, falta una sanción penal contra los notarios que traicionan la fe pública y acreditan relaciones de un matrimonio que en la práctica son inexistentes”, añadió.

Con la resolución, los extranjeros y sus parejas costarricenses deberán probar, con documentos, testigos y otros recursos, que han tenido una convivencia conyugal. Zamora confirmó que hay mil 200 casos sujetos a la nueva regulación.

 
 

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