Aunque el ministro de Interior diagnosticó los sucesos de Roquetas como “un hecho aislado”, en ningún caso puede esta declaración servir de coartada para zanjar los incidentes como un episodio de violencia de los muchos que se producen los fines de semana en cualquier ciudad. Esa actitud ignoraría deliberadamente que la zona conocida como las 200 Viviendas, cuya densidad de inmigrantes es proporcional a su abandono, constituye un potencial foco de conflicto que corre el riesgo de verse agudizado por la crisis económica; y que si no se apagan bien los rescoldos con una actuación rápida de la justicia, podrían experimentar un nuevo rebrote.