JOSÉ BEJARANO – Sevilla
Los altercados de la noche del sábado en Roquetas de Mar (Almería) entre grupos de subsaharianos y gitanos por el apuñalamiento mortal de un senegalés tuvieron su continuación ayer cuando se produjeron nuevos enfrentamientos al apedrear un grupo de subsaharianos una ambulancia. Fue el detonante de otra noche de algaradas, con barricadas de contenedores ardiendo en los accesos a las calles colindantes al barrio de Las 200 Viviendas. En la memoria están los graves incidentes xenófobos del 2000 en El Ejido, desencadenados también por un suceso aislado.

La noche del sábado, y para restablecer el orden y calmar los ánimos, la Guardia Civil empleó material antidisturbios y detuvo a cuatro individuos, entre los que no se encuentra el autor del apuñalamiento de O. K., senegalés de 28 años que medió para poner paz en una pelea entre un compatriota suyo y un español, según la Delegación del Gobierno, por una cuestión de drogas. Agentes y bomberos tuvieron muchas dificultades para acceder al barrio ante la lluvia de piedras procedentes de las viviendas.

Los incidentes tuvieron lugar en el conflictivo barrio de las 200 Viviendas, donde conviven inmigrantes y población marginal de Roquetas. Según los vecinos, la víctima trató de apaciguar los ánimos de dos hombres que discutían por una deuda de drogas cuando uno de ellos se abalanzó sobre él y le asestó una cuchillada mortal. La víctima residía en el barrio desde hacía años con su esposa y dos hijas. La indignación desencadenó una airada protesta de grupos de subsaharianos, que cortaron calles y quemaron las casas en las que supuestamente vivían el agresor y sus familiares. Dos vehículos y abundante mobiliario urbano fueron pasto de las llamas. En la refriega, que duró hasta la madrugada, tres agentes antidisturbios resultaron heridos leves.

La Guardia Civil busca al presunto autor del apuñalamiento, un vendedor de drogas muy conocido en el barrio, que escapó de su casa en la calle Gerardo Diego. Los cuatro detenidos, acusados de desórdenes, atentado y resistencia a la autoridad, son de origen subsaharianos, dos de ellos de Guinea-Bissau, uno de Nigeria y el cuarto, de Sudán.