La muerte por arma blanca de un joven subsahariano en la localidad almeriense de Roquetas de Mar desató en la madrugada del domingo una auténtica batalla campal que se saldó con mobiliario urbano destrozado, dos casas y dos vehículos incendiados y varios heridos, entre ellos dos guardias civiles y un policía local. La Guardia Civil busca al presunto homicida y baraja el ajuste de cuentas por drogas como el móvil del crimen.

Todo comenzó a raíz de la muerte de O. K., un senegalés de 28 años de edad, quien sufrió una agresión con arma blanca en el transcurso de una pelea que ocurrió el sábado. Este suceso dio lugar a la concentración de un numeroso grupo de subsaharianos en la zona que degeneró en una auténtica batalla campal con barricadas y enfrentamientos. Los incidentes se trasladaron a las viviendas de familiares del supuesto autor de la muerte, la mayoría de etnia gitana. El incendio de dos de ellas también causó daños de diversa consideración en domicilios colindantes. Asimismo, incendiaron dos vehículos situados en las inmediaciones.

Las patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Roquetas que se desplazaron al lugar fueron recibidas con lanzamientos de piedras y botellas. Las intervenciones dejaron cuatro detenidos de origen africano, 3 agentes heridos leves y daños en 7 vehículos oficiales. COLPISA