Coherencia

El Correo, IÑAKI EZKERRA, 08-09-2008

E l ministro Corbacho se ha llevado unos buenos tirones de orejas por decir que iba a paliar el problema del paro español a base de limitar los contratos de extranjeros en sus países de origen. ¿Cómo se puede ser tan racista, tan xenófobo, tan reaccionario, tan facha realmente? Desde que oí esas palabras ando consternado y no levanto cabeza. Uno estaba convencido de que por fin teníamos un Gobierno progresista en España y de repente se encuentra con esto, con un discurso lepeniano en toda regla. Menos mal que Teresa Fernández de la Vega es una mujer coherente y le ha parado los pies y le ha puesto en su sitio. Teresa Fernández de la Vega no ha reaccionado de ese modo por oportunismo y porque tema perder votos en el trabajado y mimado caladero de la inmigración sino porque está convencida de que España puede y debe dar trabajo a todo el mundo, incluido al Tercer Mundo y antes al Tercer Mundo que a nadie. Otro que también ha sabido estar rápido para cerrarle la boca a Corbacho ha sido Llamazares, que le ha acusado de «no ser progresista». Yo es que realmente no se cómo puede Corbacho seguir viviendo después de que le haya dicho eso Llamazares. A mí es que me acusa Llamazares de no ser progresista y no sé lo que haría; creo que me tiraría por la ventana. Creo que dimitiría en ese mismo momento y me pondría a pedir perdón de rodillas al electorado socialista por no haber sabido estar a la altura del progresismo que se esperaba de mí. Yo es que creo que a Corbacho habría que denunciarle ante el Tribunal de Derechos Humanos de la UE.

Viendo la reacción, afortunadamente inmediata, que han tenido la vice y Llamazares ante las ofensivas, inadmisibles, tremendas palabras de Corbacho, uno pensaría que se halla en el país menos xenófobo y menos racista del mundo. Y, sin embargo, uno se encuentra luego con contradicciones que no acierta a explicarse. ¿Cómo nos hemos podido pasar todo el verano oyendo lo que decía el independitismo catalán de los andaluces y los extremeños? ¿Cómo Llamazares no denuncia eso y su partido forma Gobierno en Euskadi con los herederos de Sabino? ¿No vivimos en un presente que es un monumento a la incoherencia? Me hago estas preguntas ingenuas sin respuesta y me consuelo con el caso de una señora de Neguri que me para por la calle y que, aunque no parece muy lista, se me figura la coherencia total: «Tiene razón Jaime Mayor Oreja. El PP está muy mal. Voy a votar a Rosa Díez en las europeas».

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