Vidas en busca de un nuevo rumbo

El velero 'Urdaneta' permite a jóvenes con problemas cursar estudios mientras son atendidos por terapeutas

Diario Vasco, RUBÉN ZUBELDIA. SAN SEBASTIÁN., 05-09-2008

DV. Durante casi un año, el velero Urdaneta ha tratado de enderezar el rumbo, pero no precisamente de su singladura, sino de sus pasajeros. Este cambio no ha sido dirigido por el capitán, sino por psicólogos y terapeutas. El viaje forma parte del Proyecto Urdaneta, en el que jóvenes con problemas viven en un barco durante un curso con el objetivo de formarse y lograr su reinserción.
El plan, que ha sido financiado por la Diputación de Gipuzkoa, el Gobierno Vasco y por instituciones francesas, levó anclas el 25 de septiembre, día en el que embarcaron en Pasaia, y finalizó el 31 de julio. Entre los jóvenes que han convivido en el barco con descansos para volver a casa cada quince días, al principio, y cada semana, al final había cuatro guipuzcoanos, franceses y marroquíes.
Con la estancia a bordo se alejó a los chavales de sus problemas y se aprovechó para impartir un cursillo intensivo de informática que les ha permitido obtener un certificado y realizar prácticas en empresas el próximo mes. De esta forma, estos jóvenes que no disponen del título de la ESO podrán labrarse un futuro.
Imanol, uno de los jóvenes que ha participado en este proyecto que ha sido recogido en un documental por el cineasta Ángel Amigo, se muestra satisfecho con su vivencia: «La experiencia ha sido muy buena, no me esperaba salir tan bien. El trabajo de los educadores, marinería, psicólogos y terapeutas ha sido muy bueno y la relación con los demás pasajeros ha sido bastante buena dentro de lo que cabe». Además, los cursillos de informática le han abierto una puerta al mundo laboral. «Voy a seguir estudiando informática y realizar las prácticas. Antes no tenía ganas de estudiar pero ahora quiero seguir en la informática».
Contratiempos
Sin embargo, no todo ha sido de color de rosa y, de hecho, los comienzos fueron muy difíciles. «Hasta que el grupo no se consolidó, por febrero o así, el barco era una olla a presión pero se logró dominar la situación. Después, el ambiente mejoró y se vieron los resultados», asegura José Barrio, psicoterapeuta y director del proyecto de reinserción.
A pesar de la fructífera experiencia de Imanol, sólo tres de los viajeros han obtenido el certificado. Esther Huete, directora de Formación Inicial de Cebanc Cdea y coordinadora de los profesores del proyecto, explica que para conseguirlo hace falta acudir a clase y, «aunque cueste creer que alguien no se presente a clase estando en un barco, ha habido personas con un 60% de faltas de asistencia».
Por otra parte, un marroquí tuvo que ser expulsado en abril «por sus problemas con las drogas», cuenta José Barrio.
No obstante, «no hay que pensar que porque no hayan obtenido el certificado o hayamos tenido que expulsar a un chaval la experiencia para ellos ha sido un fracaso. Porque el joven marroquí está ahora en un centro de Navarra en el que no estaría si no hubiese venido en el barco y las familias de los que no han sacado el certificado van a ver que se ha producido un cambio en su conducta», afirma.
El 1 de octubre, en el Urdaneta arrancará un nuevo curso

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