La necesidad de las esperadas unidades fijas de radar del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) cada día es más patente, como también es indiscutible que las costas de la Comunidad son un destino para la llegada de inmigrantes a bordo de pateras y una vía utilizada por las mafias para la introducción de drogas en el país. A la espera de la llegada de las unidades de vigilancia fijas, Alicante mantiene el mismo dispositivo que en 2006. Es decir, un único radar móvil que debe desplazarse de un municipio a otro a lo largo de más de 200 kilómetros de costa y cuya efectividad depende, por desgracia, en buena medida del azar. El pasado año, el Consejo de Ministros aprobó una inversión de 8,3 millones de euros para la instalación de cuatro unidades del SIVE en la provincia, que entrarían en servicio durante este año. No obstante, desde Subdelegación explicaron el pasado mes de junio que estarían operativas bien a final del presente año o a comienzos del próximo. Sin embargo, los meses de estío suelen ser periodos en los que más pateras se detectan por las buenas condiciones meteorológicas, que favorecen que los inmigrantes se lancen a la aventura, y porque en estos meses aumenta el tráfico de embarcaciones de recreo y pesqueras por lo que es más fácil «camuflarse» en alta mar. Muchas de las pateras son embarcaciones pesqueras.