«Fue horrible ver cómo arrojaban los cadáveres de sus tres hijos al mar»

ABC, ÁNGEL ESCALERA MÁLAGA , 27-08-2008

«Cuando la atendimos estaba con una crisis de ansiedad muy fuerte. Desesperada y hundida. Fue horrible para ella ver cómo arrojaban los cadáveres de sus tres hijos al mar», relata el jefe de Cruz Roja, Luis Miguel Jurado. Él mismo asistió a los 25 inmigrantes subsaharianos que llegaron el lunes por la noche al puerto de Málaga tras haber sido rescatados a la deriva en el mar de Alborán. Uno de los niños muertos, según dijo su madre, era un bebé. Además, al parecer, entre los ocupantes de la patera que perdieron la vida estaba también su marido.
Con ojos llenos de miedo al recordar las duras escenas vividas durante dos días y medio, perdidos en alta mar, sin agua ni comida y con temor de caer al agua en cualquier momento, los supervivientes relataron cómo vivieron la odisea que padecieron en la embarcación.
Hipotermia y frío
«Nosotros hemos atendido a 25 inmigrantes y, según ellos, al partir de Marruecos, iban 53 personas a bordo de la patera», señala Jurado. Este integrante de Cruz Roja afirma que el lugar al que se dirigía la barcaza no era Málaga, sino las costas de Almería, pero que un problema en el timón hizo que navegaran de forma circular y quedaran a la deriva y a merced del mar. «En las pateras, aunque su velocidad no sea excesiva, suele entrar agua. Eso hace que la ropa de los ocupantes se moje y, si permanecen muchas horas a bordo, sufran hipotermia y sientan frío, sobre todo durante la noche», explica el jefe de equipo de Cruz Roja.
La situación se agravó ante la falta de agua potable. Para tratar de calmar la sed mezclaron agua salada con gasolina. Ese cóctel es muy peligroso, porque es un ácido que corroe y, además de un fuerte dolor de estómago, produce úlceras. En los niños todavía es más arriesgado tomar esa mezcla. Varios de los muertos en la patera eran menores de edad. «A medida que los inmigrantes fallecían, sus compañeros arrojaban los cadáveres al mar para aliviar de peso la embarcación y evitar que se hundiese más y entrase más agua».
La mayoría de las pateras que llegan a las costas andaluzas son marroquíes. «De todas las veces que he atendido a inmigrantes, ésta es en la que había más subsaharianos», subraya Luis Miguel Jurado.
Más de 100 muertos en pateras
Más de cien inmigrantes han muerto este año al intentar arribar a las costas españolas. Los últimos han sido los 25 desaparecidos que viajaban en la patera rescatada, de la que sí se han salvado otros 25 subsaharianos, al ser recogidos por el buque «Isla de los Volcanes» en el mar de Alborán.
Estos inmigrantes deseosos de alcanzar territorio español zarparon de Marruecos con destino a las costas de Almería cargados de ilusión, pero para más de una veintena de los 53 subsaharianos que iban en la patera fue un viaje sin retorno.
Una vez llegados a Málaga los supervivientes, miembros de Cruz Roja les prestaron atención. Cuatro de ellos precisaron ser trasladados a centros hospitalarios. Uno tenía fiebre, otro sufría un esguince en un tobillo, otro una herida en una pierna que, al parecer, se le abrió tras haber sido operado recientemente de tibia y peroné, y al cuarto le dolía mucho el estómago, probablemente por haber bebido agua del mar con gasolina.
El motivo de que la patera no llegara a su destino parece que se debió al fallo en el timón, lo que provocó que la barcaza navegara en forma circular por el mar de Alborán en vez de hacerlo en línea recta, lo que alargó el viaje. Los que lograron sobrevivir a la travesía proceden de varios países: Chad, Eritrea, Kenia, Nigeria, Ruanda, Sierra Leona, Zimbawe y Uganda, entre otros, donde serán devueltos, indicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

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