Propongo algunos elementos de reflexión para pasar de la visión de la inmigración como un problema a la de una oportunidad para Catalunya La inmigración se percibe por un amplio sector de la ciudadanía como un problema, y más en tiempos de crisis Eduardo Rojo económicas, pero al mismo tiempo Torrecilla la economía catalana (y la española) Catedrático de Derecho del difícilmente podría subsistir sin el Trabajo y de la trabajo de los inmigrantes en muchos Seguridad sectores. ¿Hemos pensado qué pasaría Social de la UAB si un día toda la población extranjera paralizara su actividad?

La política de inmigración ha de ser regular y ordenada si se pretende, como así debe ser, profundizar en una adecuada integración y cohesión social. Y al mismo tiempo, hemos de ser conscientes de que Catalunya ha de avanzar en la mejora de la calidad y la competitividad de su tejido productivo, y para ello necesita apostar por una política de mano de obra y capital humano que enfatice la formación y la cualificación del personal. Por poner un ejemplo claro y evidente, la falta de personal médico necesita de una política de planificación a medio plazo, y no basta con soluciones permanentemente coyunturales.

La complejidad de la inmigración desde la óptica laboral aconseja la creación de un servicio exterior de empleo que proporcione respuestas adecuadas a las nuevas necesidades del mercado de trabajo español y catalán, en el marco de actuación conjunta con la política migratoria de la UE en este ámbito, y también para articular una acción coordinada con los países de los que proviene la mayor parte de los flujos migratorios hacia nuestro país y que requieren de nuestra ayuda y colaboración para poner en marcha políticas de migración legal, políticas laborales que deben ir acompañadas de otras de codesarrollo y creación de riqueza en el propio territorio para evitar la pérdida de su capital humano más cualificado.

El marco competencial catalán ha de articularse con las políticas comunitarias, las de ámbito estatal y también con las asumidas por las administraciones locales. Es absolutamente necesaria la coordinación entre las diferentes administraciones (a ello debe contribuir la recientemente puesta en marcha de la Conferencia Sectorial de Inmigración), y aún es más importante que cada una de las administraciones disponga de los recursos necesarios para llevar a cabo, de forma eficaz y eficiente, su trabajo. Además, se requiere una estrecha implicación de todos lo agentes sociales que trabajan día a día en este ámbito.

La dimensión actual de los fenómenos migratorios supera la capacidad de los estados para abordarlos de forma individual, y por este motivo es necesario adoptar un enfoque global y coherente de la inmigración a escala europea e internacional. A ello debería contribuir el futuro pacto europeo, propuesto por la presidencia francesa, si de verdad queremos conseguir, como defiende el comisario europeo Jacques Barrot, que la inmigración sea una oportunidad y un reto para la UE, y que si se gestiona correctamente, supone riqueza para nuestras sociedades y economías.

La inmigración puede implicar un enriquecimiento cultural, pero ese enriquecimiento sólo se producirá cuando la integración de los ciudadanos de países terceros en los estados de la UE se produzca de forma beneficiosa tanto para quienes acogen como para aquellos que son acogidos, integración que requiere trabajar con políticas que garanticen la igualdad de derechos y obligaciones de todos los ciudadanos.