El fiscal descarta que el complot para matar a Obama sea una «amenaza creíble»

La Voz de Galicia, Óscar Santamaría | Corresponsal, 27-08-2008

La policía detuvo a cuatro sospechosos que afirmaron querer asesinar al candidato

Las autoridades estadounidenses descartaron ayer que la detención de tres hombres y un mujer que confesaron querer matar en Denver al candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, suponga una «amenaza creíble» contra su seguridad. No obstante, siguen investigando el caso.

«Estamos absolutamente convencidos de que no es una amenaza creíble contra el candidato, contra la Convención Nacional Demócrata que se celebra en Denver o contra la gente de Colorado», señaló el fiscal estadounidense Troy Eid en un comunicado.

Las alarmas se encendieron cuando medios locales informaron que la policía de la ciudad de Aurora, una zona rural al este de Denver, detuvo un vehículo el domingo por la mañana en el que encontraron dos rifles de largo alcance, munición, un chaleco antibalas, walkie – talkies y metaanfetamina. La camioneta, tipo pick – up, era alquilada.

Confesión

La información facilitada por la emisora local CBS4 indicó que Tharin Gartrell, de 28 años, fue arrestado por conducir de forma errática. El sospechoso aseguró a los agentes que iban «a dispararle a Obama desde una alta posición estratégica con un rifle, desde una distancia de unos 750 metros».

El momento sería durante el discurso de aceptación de la nominación oficial del senador como candidato del partido a las presidenciales de noviembre, previsto para la noche de mañana. La ceremonia se celebrará en el estadio al aire libre de Invesco Field, donde se espera a unas 75.000 personas.

El arresto de Gartrell condujo al de Nathan Johnson, de 32 años de edad, junto con la de su novia y de Shawn Adolf, de 33. Este último, según la televisión local, portaba una esvástica y tendría relaciones con movimientos neonazis que proclaman la supremacía de la raza blanca.

Posesión de armas y drogas

No obstante, el hecho de que hayan sido acusados solamente de posesión de armas y de droga, parece diluir la teoría del complot contra Obama.

A pesar de ello, el caso está siendo investigado por el servicio secreto, el FBI y fuerzas especiales antiterroristas.

Una portavoz de la campaña del senador afroamericano declinó comentar nada al respecto, señalando que «nunca hablamos sobre temas de seguridad».

Una cuestión, la de su seguridad, que ha sido prioritaria desde que se lanzara a la carrera hacia la Casa Blanca hace diecinueve meses, siendo uno de los primeros precandidatos en aceptar la escolta del servicio secreto. El hecho de que sea de raza negra ha influido en estas preocupaciones y en extremar, más si cabe, su seguridad, a un precio de 45.000 dólares por día (la factura que cuesta proteger a cualquier candidato).

Riesgo real

El riesgo de ser asesinado es real para cualquier candidato a presidente de EE.?UU. Pero en el caso de Barack Obama sus características personales y políticas han hecho revivir precedentes históricos. Es un hombre negro que se presenta como un «agente de cambio». Por ello le comparan con el presidente John Fitzgerald Kennedy, Martin Luther King o Bobby Kennedy? todos asesinados en los años 60 y 70. El miedo está ahí, aunque pocos se atreven a hablar de ello abiertamente.

En abril del 2007, una revista de ultraderecha publicó una información sobre los fallos de seguridad de Obama y cómo podía ser fácilmente víctima de un francotirador? Daban tantos datos que casi parecía una invitación a intentarlo.

Desde el fin de semana, Denver es una ciudad blindada, sobre todo en los alrededores del centro de convenciones Pepsi Center, donde se reúnen los delegados, y el Invesco Field, donde Obama será coronado. La ciudad se ha gastado los 50 millones de dólares que le dio el Gobierno federal para temas de seguridad durante esta cita.

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