JOSÉ A. TOVAL
SANTA CRUZ. Una semana después del asesinato de la joven letona Kristine Z., las pesquisas policiales dieron sus frutos. Ayer fue detenido en Santa Cruz de Tenerife el ciudadano letón Maris Meiers, presunto responsable del crimen, que se estima viajó a Tenerife siguiendo un plan premeditado, con lo que se descarta, en principio, que la joven haya sido apuñalada en un arrebato de emoción violenta.
Así lo confirmó el subdelegado del Gobierno en Canarias, José Antonio Batista, que compareció junto al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Ricardo Arranz, y que dijo que para proceder a su detención se han movilizado unos 60 agentes, que se sumaron «al amplio dispositivo» desarrollado en puertos y aeropuertos para evitar su fuga, en Tenerife, Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro.
Pesaba sobre él una orden judicial de alejamiento, pero eso no impidió que acabara con la vida de quien había sido su pareja, a la que mató a puñaladas el lunes 18 de agosto pasado en Guargacho, en el municipio tinerfeño de San Miguel de Abona.
Arranz indicó que desde el primer momento se determinó que el autor del crimen había sido Meiers, «pues los propios vecinos alertaron de su presencia». Al parecer, había viajado a Tenerife para cometer premeditadamente el crimen. Alquiló un coche a un ciudadano extranjero y se alojó en la habitación de un piso «sin registrarse legalmente», lo que obstaculizó las labores de detención.
Acorralado en el sur de la isla
Meiers era «tremendamente aficionado a los cibercafés», por lo que pronto se estableció un patrón de sus movimientos. Además, el coche alquilado fue abandonado a las puertas del domicilio de la joven asesinada, donde se encontró su documentación, ya que «el detenido pretendía huir en este vehículo», cosa que no le fue posible por la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado.
Según determinó la investigación, Meiers se desplazó al área metropolitana, «al sentirse acorralado en el sur de la isla». Precisamente, la utilización de los cibercafés les indicó que el detenido se encontraba entre La Laguna y Santa Cruz, al haberse detectado su presencia en hasta cinco establecimientos de este tipo en los últimos días.
La investigación también expone que el presunto homicida se desplazaba utilizando el tranvía que une ambas ciudades tinerfeñas, «por lo que se decidió introducir un agente de paisano en todas las rutas». Gracias a esto, se pudo localizar a la una de la tarde ayer al sospechoso, que viajaba en un tranvía procedente de La Laguna con dirección a Santa Cruz. Meiers se apeó en la parada de la Plaza Weyler y se dirigió a la zona comercial. «Fue allí, cuando entró en una tienda, donde se le detuvo», sin oponer resistencia.