WASHINGTON. Durante casi dos décadas, la comunidad latina ha luchado por hacerse escuchar en medio del rito de la sucesión presidencial que cada cuatro años disputan demócratas y republicanos. Nunca antes, sin embargo, lo había hecho con un potencial de casi 10 millones de votos bajo el brazo, que esta vez podrían marcar la diferencia en las elecciones del 4 de noviembre.

En los 80 decíamos ésta va a ser la década de los latinos, pero no pasó nada. Y luego en los 90 tampoco se nos tomó en cuenta. Pero hoy podemos decir que éste va a ser el siglo de los latinos, asegura con aire optimista, Alma Morales – Riojas, presidenta de MANA, una organización dedicada a la defensa de las mujeres latinas en Estados Unidos.

Previo al inicio de la Convención Demócrata en Denver, Colorado, Morales se ha reunido con los líderes de 26 organizaciones hispanas para dar a conocer la más ambiciosa agenda latina. Un compendio de las demandas, pero también de los reclamos que una poderosa coalición hispana presentará a consideración de demócratas y republicanos.

Hoy, tanto Barack Obama como John McCain saben que el camino a la Casa Blanca pasa por Colorado, Nevada, Nuevo México y Florida. Es decir, estados donde el voto latino será decisivo, dijo John Traviña, presidente de la Agenda Nacional Hispana (NHLA), organización que jugará un papel crucial en la promoción del voto latino.

Hoy, los latinos estamos más fuertes que nunca en términos de representación política. Pero, al mismo tiempo, estamos más asediados que nunca por una campaña antiinmigrante que hoy recorre el país y se traduce en un aumento de redadas, en crímenes de odio racial, en detenciones arbitrarias y en una escasa participación en las instituciones de gobierno, aseguró Traviña.

Por eso, tanto demócratas como republicanos tendrán que escuchar nuestros reclamos si acaso quieren contar con nuestro voto. Y tendrán que comprometerse a impulsar una reforma migratoria amplia en los primeros 100 días de su mandato, remató.

En la agenda de esta poderosa coalición latina, el capítulo dedicado al odio que propagan los medios y a la demonización de los inmigrantes, ocupa un lugar especial. La muerte del inmigrante mexicano Luis Ramírez, por la paliza propinada por un grupo de jóvenes en Shenandoah, Pennsylvania, y el odio antiinmigrante que atizan ciertos medios de comunicación, forman parte de un negro inventario de las organizaciones hispanas.

Pero la parte medular de la agenda está relacionada con la actual crisis económica que ha golpeado los bolsillos de las familias latinas.

Cuando la economía se contrae, los latinos somos los primeros en pagarlo, dijo Gabriela Lemus, vicepresidenta de la agenda nacional hispana.

El nivel de desempleo entre la comunidad latina es de 7.4%, la más alta en todo el país, añadió Lemus al asegurar que, a la crisis por la falta de empleo y oportunidades, se suman la escalada de precios ocasionada por la crisis energética que han acorralado a muchísimas familias latinas en todo el país.

Otros capítulos de la agenda latina que serán expuestos son el derecho a la educación, con un reclamo a la administración Bush por sus promesas fallidas, especialmente en el caso de los casos de hijos de inmigrantes indocumentados que no pueden seguir sus estudios en la universidad.

Exigen también el derecho a un sistema sanitario universal y una mayor representación de los latinos en las oficinas de gobierno.

 
 

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