El barco español deja a los inmigrantes en Trípoli tras sufrir un amago de motín

ABC, ARANTXA RICA, 23-08-2008

ALICANTE
Unos 30 inmigrantes de los 49 que fueron rescatados el pasado miércoles frente a las costas de Libia por el pesquero Clot de l´Illot, con base en el puerto alicantino de Santa Pola, se amotinaron ayer a la llegada a Trípoli, donde debían desembarcar.
A las cuatro de la mañana, la embarcación recibía autorización de las autoridades libias para atracar en el puerto africano. A la llegada a la dársena del puerto, tan sólo unos 15 accedieron a abandonar el barco de forma voluntaria mientras que los demás, «nerviosos y agresivos», se atrincheraron en la segunda cubierta del barco y se negaron a abandonar el pesquero, según informó a ABC el padre del patrón del barco, José Ruso.
De salvadores a amenazados
A partir de ese momento se vivieron momentos de gran tensión, ya que los inmigrantes, al parecer de origen somalí, amenazaron con quemar el barco y hasta llegaron a decir a la tripulación que «de saber que les llevan a Libia, les hubieran cortado el cuello», indicó Ruso. Han sido horas de angustia para unos pescadores alicantinos que, tras haber salvado a los náufragos de una muerte segura, se han visto amenazados.
El patrón del «Clot de l´Illot», Héctor Ruso, de 20 años, y sus 10 compañeros han tenido que enfrentarse a una a una de las situaciones más duras de su vida, en la que han vivido momentos de miedo y han pasado de salvadores a amenazados por los propios rescatados.
«Aunque lo primero es la ayuda humanitaria, situaciones así te dejan muy mal sabor en el cuerpo. Tendrían que ser las autoridades las que se encargaran de estas situaciones y no los pescadores que estamos trabajando en lo nuestro. El salvamento debería de haber sido más rápido, pero como nadie les quiere…».
Tras varias horas de negociaciones entre los inmigrantes y las autoridades libias, los amotinados accedieron a media mañana a abandonar la embarcación.
Por su parte, la tripulación del pesquero permanecía en el puerto en la tarde de ayer a la espera de recibir autorización para partir y continuar con la pesca de la quisquilla. La semana próxima regresarán a Santa Pola. indicó Ruso, que añadió que «después de esto, ahora tienen más ganas que antes de llegar a casa».
Unos 25.000 euros de pérdidas
En total, las pérdidas económicas que ha supuesto estos días de inactividad laboral se pueden estimar en unos 25.000 euros, cifra que aumentar o disminuirá en función de la pesca que consigan durante las próximas jornadas, explica Ruso.
El pasado miércoles, la tripulación del pesquero «Clot de l´Illot» rescató a 49 inmigrantes entre ellos siete niños cuando se encontraban a la deriva en aguas internacionales a 94 millas de Malta y 100 de Libia, aunque de responsabilidad de salvamento de este último país. Los náufragos permanecían en una zodiac de unos siete metros de eslora, deshinchada, y se habían enganchado a una boya del pesquero. Tras negarse las autoridades maltesas e italianas a hacerse cargo de los mismos, al considerar que no era su competencia prestarle asilo, los pescadores optaron por subirles a bordo dado el mal estado en el que encontraban, a la espera de que las negociaciones entre las autoridades libias y la embajada española acordasen el desembarco.
Según explicaron, los inmigrantes llevaban 10 días en la embarcación y carecían de agua y víveres. Otros 10 de los inmigrantes algunos niños y una mujer embarazada que habían partido con ellos fallecieron en la travesía, por lo que arrojaron los cadáveres al mar. Las gestiones de Salvamento Marítimo consiguieron que un helicóptero maltés desembarcara a dos de los náufragos que se encontraban en un estado de salud alarmante.
Negativa tras negativa
A pesar de ser aguas en las que faenan pescadores de varias nacionalidades, los barcos santapoleros ya han protagonizado en esta zona cinco rescates similares en tan sólo dos años, saldados con un total de 198 inmigrantes salvados de morir en alta mar.
Como en esta ocasión, el desembarco de los «sin papeles» también fue complicado debido a la dificultad para lograr que las autoridades libias o maltesas accedieran a ello. En este sentido, ya el rescate protagonizado por el «Francisco y Catalina», en julio de 2006, fue singularmente complejo. Malta sólo autorizó el desembarco del barco en La Valeta después de ocho días de arduas gestiones diplomáticas.
La tripulación de «Nuestra Madre de Loreto», también con base en Santa Pola, tuvo que acoger en su barco a 25 inmigrantes y un cadáver durante cuatro días hasta que se le autorizó a atracar en Trípoli.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)