Desembarcan en Libia los inmigrantes rescatados por un pesquero español

El Día, EUROPA PRESS, Madrid, 23-08-2008

El buque alicantino “Clot de I’llot”, que el jueves rescató a 49 subsaharianos en alta mar, atracó ayer en Trípoli para desembarcarlos. Pero la mayoría se amotinó en el barco y se negó a salir al observar que no se encontraban en Europa, sino de nuevo en África. Finalmente, depusieron su actitud y abandonaron el navío.

El pesquero alicantino “Clot de I’llot”, que el jueves rescató a 49 inmigrantes subsaharianos en alta mar en aguas del Mediterráneo central, atracó finalmente ayer en el puerto de Trípoli (Libia) para desembarcarlos después de recibir autorización de las autoridades del país. No obstante, 33 de los 49 “sin papeles” se amotinaron en el barco y se negaron a abandonarlo una vez que comprobaron que no se encontraban en Europa, sino de nuevo en África, llevándolos de vuelta a su país.

La mayoría son de origen somalí, según fuentes de la Delegación del Gobierno. Finalmente, depusieron su actitud y abandonaron el navío.

A pesar de este inicial intento de motín, los inmigrantes, entre los que había gran cantidad de niños y mujeres, acabaron cediendo y abandonando el pesquero. El armador, José Ruso, advirtió de que los jóvenes, de entre 16 y 18 años, que son la mayoría de los inmigrantes rescatados, incluso “amenazaron con quemar el barco” y estaban “nerviosos y agresivos”.

Momentos de miedo

Así, el armador expresó que en un primer momento tuvieron “mie – do” y “temor por la integridad física de la tripulación”, ya que les dijeron que “si llegan a saber que los llevaban a Libia, los hubieran matado”. A su modo de ver, “hemos pasado de ser salvadores a tener que ser salvados”.

Cuando encontraron la patera en aguas internacionales, estaba “medio deshinchada”, hacía diez días que habían salido de la costa y ya habían muerto diez de ellos, que fueron arrojados por la borda.

Una vez que el barco atracó Trípoli, algunos inmigrantes abandonaron el pesquero, pero un total de 33 se negaron a desembarcar. “Se han quedado dentro del barco, en la segunda cubierta, y de ahí no quieren salir”, según declaró el armador del barco. Para lograr que depusieran su actitud, los pescadores se vieron obligados a ir “negociando” para ver si se les convencía “poco a poco”, hasta que, finalmente, las conversaciones dieron resultado y los inmigrantes depusieron su actitud de manera pacífica.

El barco continuará faenando por la zona durante tres o cuatro días y después tomará rumbo a Santa Pola, donde está previsto que llegue a finales de mes. Cuenta con una tripulación de 11 personas que se dedica a la pesca de quisquilla. Éste es el cuarto barco de Santa Pola que rescata a una patera en aguas del Mediterráneo.

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