El pesquero «Clot de l´Illot» con base en el municipio alicantino de Santa Pola permanece a una milla de Trípoli (Libia) con 49 inmigrantes a bordo, que rescató el pasado miércoles cuando se encontraban a la deriva, a 94 millas de Malta aunque en aguas internacionales de responsabilidad de salvamento libias a la espera de que las negociaciones entre la Embajada española y las autoridades libias permitan el desembarco.

Según explicó ayer a ABC el padre del patrón de la embarcación, José Ruso, «la gran mayoría de los inmigrantes se encuentran en mal estado de salud tras haber pasado diez días a la deriva sin agua y sin víveres». Entre los náufragos hay unos seis o siete niños y dos mujeres, apuntó. «Muchos de ellos están nerviosos y no quieren que se les lleve al puerto».

«No tienen comida ni agua»

«La situación en el barco está mal, el pesquero no tiene comida para tantas personas y ya se ha acabado el agua». «Sólo les quedan provisiones hasta final de mes y para los 11 pescadores que componen la tripulación, no para 60», señaló.

Fue en la mañana del miércoles cuando los pescadores se encontraron una zódiac de unos siete metros y medio deshinchada y enganchada a una de las boyas que lleva la embarcación.

A bordo se encontraban los 49 inmigrantes que les pedían agua y comida. Según indicó Rusó, los náufragos, al parecer somalíes, les dijeron que 10 de los ocupantes habían muerto entre ellos una mujer embarazada y algunos niños y habían echado los cadáveres al mar.

Tras darles comida y agua han llamado a las autoridades italianas y maltesas, que «se han desentendido al interpretar que no era competencia suya», por lo que ante las malas condiciones que se encontraban, el patrón de la embarcación, Héctor Ruso, de tan sólo 20 años consultó con su padre y decidieron subirlos a bordo. Posteriormente, a través del armador del barco, han contactado con Salvamento Marítimo.

A través de las negociaciones de Salvamento Marítimo con sus homólogos de Malta y Libia se consiguió que un helicóptero maltés desembarcara a dos de los inmigrantes que se encontraban en muy mal estado de salud. En la mañana de ayer les dieron permiso para que el pesquero fondeara a una milla de Trípoli, a la espera de poder ir a puerto, añadieron. A partir de ese momento son las negociaciones entre la embajada española y las autoridades libias las que deber resolver el conflicto.

No obstante, en la tarde de ayer según explicó Ruso, las negociaciones iban mal y todavía no tenían permiso para acercarse a la costa, ni sabían el tiempo que puede prolongarse esta situación. Al cierre de esta edición, todavía no se había llegado a un acuerdo, según manifestaron a ABC fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. «La situación sigue igual aunque se están haciendo todas las gestiones para desbloquear esta situación lo antes posible y ayudar tanto a los pescadores como a los inmigrantes», afirmaron.