pamplona. Más de 3.000 personas que ejercen o han ejercido la prostitución en Navarra han sido atendidas desde 1990 en el programa de atención sociosanitario del Gobierno foral, mediante un sistema de captación basado en la confidencialidad con los beneficiarios. El programa tiene por objeto mejorar o mantener el nivel de salud de las personas que ejercen la prostitución y facilitar su acceso a los Centros de Atención a la Mujer y a los recursos sanitarios de la red pública, según indicó Koro Ormaetxea, educadora y miembro de Abiatze, asociación que se encargada del programa.

Los contenidos del programa se centran en la salud sexual y reproductiva de las mujeres y hombres que ejercen la prostitución y se ha completado recientemente con la atención a usuarios de estos servicios que se vean afectados por infecciones. Los datos, fines y contenido del programa sociosanitario fueron presentados ayer en rueda de prensa por Koro Ormaetxea, el ginecólogo Pablo Sánchez Valverde y el jefe de Epidemiología del Instituto de salud Pública Aurelio Barricarte.

Koro Ormaetxea explicó que la movilidad geográfica de este grupo obliga a que este servicio sea “ágil en la citación, atención y entrega de resultados” algo que se consigue con un programa específico como éste que se desarrolla en los centros de atención a la mujer y orientación sexual Andraize de Pamplona, en Tudela, Etxarri y Tafalla.

Durante el año 2007, fueron atendidas 494 personas, de las que 244 lo fueron por primera vez. De éstas, 236 eran mujeres y ocho eran hombres. Koro Ormaetxea añadió que desde 1990, ha incrementado la oferta y ha cambiado el perfil de las personas que ejercen la prostitución mediante un incremento de inmigrantes (que alcanza ya el 95%), un descenso de la edad media que se sitúa entre los 25 y los 30 años, así como un descenso del ejercicio vinculado al consumo de drogas intravenosas.

Ormaetxea señaló que el origen de las personas que ejercen la prostitución en Navarra hace que desconozcan los servicios a los que pueden acceder y que incluso recelen a la hora de acudir a ellos debido a su falta de papeles de residencia y a la alegalidad de su actividad.

preservativo El ginecólogo Pablo Sánchez subrayó que, en muchos casos, estas consultas son el primer contacto con la sanidad, sobre todo en el caso de las mujeres subsaharianas, con las que además existe el problema del idioma lo que hace que tengan que basarse casi exclusivamente en las exploraciones. “Poco a poco les vamos convenciendo de que el sida no es el único problema”, indicó Sánchez Valverde quien añadió que en al mayoría de los casos actúan también como “médicos de cabecera”. El ginecólogo señaló que si bien las personas que ejercen la prostitución están concienciadas del uso del preservativo con los clientes, no lo están a la hora de mantener relaciones con sus parejas que, en muchos casos, también se mueven en el ámbito de la prostitución con lo que se mantiene el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual La captación de las beneficiarias de este programa se realiza en los lugares donde ejercen la prostitución, lo que “permite conocer de primera mano su entorno y circunstancias, ayuda a paliar el estigma social y facilita el reconocimiento de la actividad entre ellas”, apuntó Koro Ormaetxea quien añadió que en el último año se contactó con 32 clubes, 20 pisos y 58 mujeres que ejercían en la calle. Explicó que el contacto directo con las personas que ejercen en la calle se realiza a través del Programa de Disminución de Riesgos de la Comisión Ciudadana Antisida y en los talleres de salud sexual impartidos por el programa en el Centro Betania de Cáritas. En los clubes, que suponen la modalidad dominante, se presenta el servicio y se ofrece la posibilidad de tener una cita en los servicios de Atención a la Mujer. En el caso de los pisos, el medio de contacto suele ser el teléfono.