"Desde que salimos, oímos el ruido de la rueda"

El País, LLUÍS PELLICER / LYDIA GARRIDO, 19-08-2008

Una treintena de los pasajeros del autobús que sufrió el domingo un accidente en Oropesa, en el que fallecieron ocho personas, llegaron ayer a Barcelona, donde les esperaban amigos y familiares. Lo hicieron todavía conmocionados, casi todos con vendas o collarines y tapándose el rostro con el hijab o un diario por la presencia de cámaras.

Apenas habían pasado 20 horas desde que el vehículo en el que volvían sufrió un accidente en la autopista AP – 7. El autobús cubría un trayecto entre Almería y Barcelona y saltó la mediana en una recta. Las razones todavía no han sido aclaradas, aunque una hipótesis apunta al reventón de un neumático.

Ashma todavía se ponía muy nerviosa cuando lo contaba. Era de las pocas que casi no había sufrido ningún rasguño. Seis pasajeros todavía están ingresados en el hospital con heridas de gravedad. “Estaba en el lado del autobús adecuado”, comentaba. Pero el chico que se sentaba a su lado no corrió la misma suerte. “Estaba en la fila tres. Cuando pinchó la rueda oímos un ruido… Se fue al otro carril, volcó… El chico de mi lado creo que está muerto. Los que iban detrás salieron disparados por la luneta…”, relató.

La mayoría de los pasajeros, de nacionalidad marroquí, venían de pasar unas semanas de vacaciones en su país de origen. Samira llevaba el ojo vendado, y aun así sostenía que estaba bien. “No me pasa nada… Gracias a Dios estamos vivos”, repetía. Samira y su marido regresaban a Barcelona tras pasar 15 días con su familia en Alhucemas. Fueron en bus hasta la costa norte de Marruecos, allí se subieron al ferry y en Almería les esperaba el autobús que les debía transportar hasta la capital catalana. “Llevábamos 24 horas de viaje. Estábamos muy cansados y nos quedamos dormidos enseguida”, explicó el marido, que declinó dar su nombre. “Desde que salimos, pero sobre todo cuando estábamos por Murcia, oíamos el ruido de la rueda… Al principio pensaba que eran los amortiguadores. Pero no, era la rueda. El autobús se movía mucho”, aseguró. Ambos se despertaron cuando oyeron el ruido. “Un golpe fuerte”, resumió. Y luego ocurrió el accidente. “Pasamos un miedo terrible y seguimos con el susto por dentro”, agregó.La investigación confirmará o no si, en efecto, el autobús inició su viaje con un problema mecánico evidente como señalaban ayer los afectados que finalmente, aunque heridos leves, llegaron a Tarragona y Barcelona, sus lugares de residencia. El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta, aseguró que “la Guardia Civil investiga todas las hipótesis”. Agentes especializados en accidentes de tráfico desplazados desde Madrid iniciaron ayer a las 17.30 la búsqueda de la razón del siniestro en el kilómetro 409 de la AP – 7, en Oropesa del Mar. Y no descartan ninguna. Peralta afirmó incluso que “en una primera apariencia, desde el punto de vista documental, el autobús ha pasado todas las revisiones, pero eso no significa nada hasta que la investigación judicial concluya”.

Otra de las pasajeras que ayer llegó a Barcelona, que tampoco quiso dar el nombre, iba con su madre en el autobús. En la estación de Sants de Barcelona aguardaban sus hermanos. Nada más verles, arrancó a llorar. “Sólo he necesitado un collarín. Algunos han muerto. Ha sido una pesadilla”, dijo. La mujer explicó que había oído el ruido de la rueda buena parte del viaje. “Íbamos casi todos descansando o durmiendo, el viaje era muy largo y cansado. Luego cayó el autobús… Nos llevaron a un hospital donde nos atendieron muy bien y luego al hotel”, resumió no sin dificultades.

La hipótesis del reventón de una rueda como una causa no convence a compañeros del conductor fallecido, un hombre de 46 años, al que todos llamaban Paco, casado, con un hijo de 17 años, desde siempre en un autobús y desde hacía seis años en la empresa Meroño, dueña del bus siniestrado.

Uno de los trabajadores de la compañía explicaba ayer que “es muy extraño todo, habrá que esperar a la autopsia, tuvo que darle algo, porque un reventón así se controla, y él ha hecho una diagonal perfecta”. Este empleado contó también que el autobús que se accidentó tenía seis años, que fueron contratados, como otras muchas veces, por LineBus, especialmente en esta época del año, para cubrir una línea con mucha demanda. Relató que un compañero hizo Murcia – Cartagena – Almería – Cartagena – Murcia. Ese conductor cubrió las horas al volante y le cedió el testigo a Paco. Según explicó, es lo normal, “y por eso muy raro todo, Paco era un experimentado conductor y llevaba en el momento del accidente tres horas y media o cuatro de viaje, había descansado”.

La identificación definitiva de las ocho víctimas mortales del accidente permitió determinar que, además del conductor, hay también una mujer de nacionalidad española, vecina de Barcelona. Los otros seis fallecidos, tres hombres, dos mujeres y un bebé de pocos meses, son de nacionalidad marroquí.

Mientras la investigación avanza y los heridos leves se recuperan de las secuelas del siniestro, once pasajeros permanecían aún ayer ingresados en cuatro hospitales: dos de Castellón y dos de Valencia. De ellos, seis están en estado grave: tres en la Unidad de Cuidados Intensivos, dos en reanimación y un niño que fue operado en la mañana de ayer en la clínica El Consuelo. Las administraciones central y autonómica, así como el Reino de Marruecos a través de su embajador, se comprometieron ayer a colaborar y coordinarse para dar respuesta a las situaciones que se deriven de la situación de estos heridos. Asimismo, según el máximo representante de la diplomacia de Marruecos en España, Omar Azziman, el rey Mohamed VI correrá con los gastos de médicos y de repatriación de los fallecidos.

Según Azziman, quien visitó por expresa petición del monarca alauí a los heridos ingresados en los distintos hospitales y ofreció el pésame a las familias. Azziman compareció junto a Ricardo Peralta, delegado del Gobierno, y Serafín Castellano, consejero de Gobernación. Y afirmó que el Consulado y la Fundación Mohamed V están a disposición de las autoridades españolas para ayudar a contribuir a la identificación y retorno de los fallecidos y colaborar en la asistencia a los heridos. Además, subrayó que ha podido comprobar que todo el operativo desplegado se ha desarrollado de manera “muy positiva”, con “mucha atención, humanidad y cuidado”.

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