Engorrosos trámites y la falta de la figura de visado humanitario para viajar a España en situaciones de emergencia impiden a Neil Mejía y María Concepción López llegar a ese país para acompañar a su hijo Javier, que yace en coma.

Este emigrante quiteño de 32 años está inconsciente en una clínica de Torrevieja –provincia de Alicante–, debido a un derrame cerebral que sufrió la semana pasada, y con pocas oportunidades de sobrevivir.

Sus padres han gestionado en la Cancillería, Secretaría del Migrante, Defensoría del Pueblo, Consulado y Embajada de España, pero sin resultado, dice María Concepción López.

Javier Mejía permanece conectado a máquinas que le permiten sobrevivir de manera artificial y los gastos solo en boletos de avión ascienden a cerca de $ 4.500.

El matrimonio Mejía López ha realizado ya una segunda reservación para viajar lo más pronto posible, pues tuvieron que cancelar pasajes apartados para el viernes pasado.

“Javier era ciudadano residente. No era ilegal. Estaba tramitando la doble nacionalidad para llevarnos en febrero a España y que sepamos dónde vive y cómo vive. Me siento realmente impotente”, dice María Concepción, y agrega que los gastos médicos de su hijo los cubre un seguro español.

El subsecretario de Servicios Migratorios y Consulares, embajador Alfonso López, expresa no conocer con exactitud este caso, pero insiste en que se han tramitado varias solicitudes en la Embajada de España de tipo urgente en los últimos días.