"La atención a mayores dependientes supone un gran sacrificio para las mujeres inmigrantes"

Diario de noticias de Alava, 17-08-2008

vitoria. La profesora italiana Carla Facchini disertó recientemente en San Sebastián sobre la contribución de las mujeres inmigrantes en las tareas de cuidado de los ancianos dependientes.

¿Se ha difuminado el papel de la familia en la atención a los mayores?

No ha desaparecido, pero ha cambiado significativamente. Hemos pasado de un modelo en el que las personas mayores recibían el cuidado de sus hijos, a otro en el que la persona sigue viviendo en su casa, pero el trabajo efectivo de atención lo hace una persona contratada. La familia controla el trabajo, pero no lo hace efectivamente.

¿Cuál es el rol que desempeña la familia en esa situación?

Juega el papel de gestionar la situación. Pero la función más importante se da en el plano de la afectividad. Existen estudios que indican que la familia puede mostrar una mayor afectividad en los casos en los que el trabajo efectivo de cuidado lo realiza otra persona. Porque no se sienten atados al sacrificio que supone cuidar a una persona todo el tiempo.

¿Ese equilibrio beneficia también a quienes realizan las tareas de cuidado?

Se trata de un equilibrio que requiere un gran sacrificio social para las mujeres inmigrantes que desempeñan ese trabajo. No es nada fácil cuidar a una persona durante casi todo el día y atender luego a los hijos e, incluso, a los maridos.

¿Este tipo de atención se ha convertido en un trabajo de mujeres inmigrantes?

Es una cuestión que se viene dando en muchos países europeos en los últimos años. Hemos vivido cambios en la familia, en el acceso de la mujer al trabajo y en los servicios sociales. Y la solución para atender a nuestros mayores ha sido contratar a mujeres inmigrantes. En los primeros años eran mujeres sudamericanas, sobre todo, que asumían esa labor como primer trabajo en su nuevo país de referencia. Y muchas veces han convivido con la misma persona que cuidaban, lo que a su vez les imposibilitaba vivir con su propia familia. Poco a poco, esas mujeres están siendo sustituidas por mujeres provenientes de Europa del Este.

¿Por qué se da ese fenómeno?

Esto se da en países como España, Portugal, Italia o Grecia, que han vivido un gran cambio social en poco tiempo. Ha crecido la demanda de atención por parte de personas dependientes pero no existe la cantidad suficiente de profesionales para abordar esa labor.

Entonces, ¿están preparadas para ese trabajo?

Muchas de ellas tienen un nivel de escolarización alto, pero no una formación específica en el ámbito del cuidado y la atención médica de las personas mayores. Tampoco conocen cómo actuar en casos de enfermedades graves y terminales. Eso crea preocupación sobre la calidad de atención a las personas mayores. Otro problema con el que se encuentran es que deben abandonar a su familia para cuidar de una persona. Muchas de ellas pasan cuatro o cinco años sin ver a su maridos o a sus hijos, que siguen viviendo en su país de origen, para ahorrar dinero mientras realizan ese trabajo. Se crean situaciones difíciles y problemáticas.

¿La sociedad reconoce lo suficiente ese sacrificio?

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