el panorama laboral de la flota

La flota gallega tiene más marineros en paro que inmigrantes faenando

La Voz de Galicia, La Voz, 17-08-2008

Algunos colectivos están dejando el mar para trabajar en otros sectores como la cosntrucción

En la zona de A Mariña el porcentaje de profesionales extranjeros alcanza ya el 15% del total de tripulantes

Algunos colectivos están dejando el mar para trabajar en otros sectores como la cosntrucción

Son muy pocos los puertos gallegos que quedan por colonizar . En la práctica totalidad de las dársenas con actividad pesquera hay un marinero de color, idioma, acento o costumbres bien diferentes a las del nativo. Apenas el marisqueo se ha quedado al margen de esa invasión que ha provocado la crisis vocacional de los gallegos, que paulatinamente han ido dando la espalda al mar. Hay extranjeros en las flotas de gran altura, en los buques de Gran Sol, en las tarrafas del cerco, en las lanchas de bajura e, incluso, entre los bateeiros, que también sufren el repliegue hacia tierra.

Aunque en el recuento por puertos salen cifras más altas, según datos oficiales, a finales del 2007 cotizaban en el Régimen Especial del Mar 1.529 extranjeros, principalmente portugueses, peruanos, indonesios, marroquíes y senegaleses. Una cantidad que, si bien casi se ha triplicado, aún está por debajo de la que suma el número de marineros gallegos en paro: 2.410 personas. Pero se trata de un desempleo residual y, además, ficticio. Mentiroso en el sentido de que está compuesto en su mayor parte de personas que están a punto de alcanzar la edad de jubilación y deciden esperar la fecha oficial cobrando el paro. La otra porción corresponde a aquellos que optan por percibir la prestación «porque para ganar menos de mil euros no mar, prefiren cobrar o 75% da súa base de cotización estando en terra, que son máis ou menos os mil euros», señala Rafael Mesura, de UGT. Y mientras, se preparan para dar el salto a la construcción o para «coller a maleta e irse para as illas, como fixeron moitos na Costa da Morte», añade.

Ante ese panorama, los armadores aseguran no haber tenido más remedio que recurrir a mano de obra extranjera, hasta el punto de que en áreas como en A Mariña los inmigrantes son ya un 15% de la mano de obra total.

Los problemas derivados del idioma, del desconocimiento tecnológico, de la inexperiencia… son un mal menor para los empresarios, que de otra forma no tendrían más remedio que amarrar el barco al no poder completar la tripulación mínima, como ha ocurrido en más de una ocasión.

Ahora bien, la parte social cree que «o sector da pesca está a punto de desaparecer por os propios empresarios, porque hai verdadeiros profesionais que non ven futuro e non están motivados porque se embarcan sen saber o que van gañar». La falta de convenios colectivos, la inseguridad física, el sueldo escaso… ahuyentan la mano de obra. Y no solo a la autóctona: «As estadísticas de afiliación de estranxeiros na pesca baixa, porque os inmigrantes veñen con un contrato para o sector, pero en canto poden atopar outro traballo escapan, incluso para a gandería ou para a construción, que ten un convenio colectivo en mellores condicións que a pesca», señala Mesura.

El de los peruanos constituye un buen ejemplo. Llegaron con experiencia y con el plus laboral que supone conocer el idioma. Ganaron algo de dinero y se trajeron a la familia a España. Pero una vez establecidos decidieron cambiar de profesión y hacer cursos hasta de fontanería para no tener que volver al mar.?

Condiciones pésimas

Es algo similar a lo que ocurrió con los inmigrantes de Cabo Verde, que llegaron a Burela para trabajar en Alúmina y después fueron reclutados como marineros. Pero la segunda generación de caboverdianos, nacidos ya aquí y con marcado acento gallego, «xa non vai ao mar», señala Ramiro Otero, de Comisións Mariñeiras.

Y esa huida es porque en la pesca «non hai salario fixo, as condicións nalgúns casos son infrahumanas, non hai espacio no barco máis que para o peixe…», señala Otero, que responsabiliza directamente a los armadores de abocar el sector a la desaparición. El responsable de CC.?OO. acusa a los empresarios de especulación, de conseguir mano de obra más barata que la gallega escudándose en no encuentran trabajadores aquí.

En este sentido, aunque las asociaciones de armadores aseguran que cobran lo mismo que los nacionales, lo cierto es que, según Mesura, hay casos, como el de los indonesios, en los que las empresas intermediarias se quedan con buena parte del salario del trabajador. Otero lo comparte, pero dice que no hay denuncias porque se trata de un colectivo muy cerrado que, además, «non saben a onde dirixirse para denunciar».

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