La crisis arrastra cada vez más a inmigrantes hacia los «pisos patera»

ABC, ESTEBAN VILLAREJO, 15-08-2008

VALENCIA. La escabechina del desempleo, con un aumento del 73 por ciento entre los inmigrantes en el último año, y las perspectivas nada halagüeñas de la economía tras el estío (sobre todo sector de la construcción) ha provocado que muchos extranjeros en precariedad laboral opten por compartir sus viviendas temporales o alquilar camas individuales en pisos donde se llegan a hacinar entre 10 y 20 personas en espacios de 80 metros cuadrados, abaratando uno de los mayores gastos que cualquier ciudadano tiene: la vivienda.
Así lo constata la ONG Cáritas en Valencia, que advierte que «con la crisis económica las situaciones de hacinamiento en viviendas se harán más habituales». Son los denominados «pisos patera» que tienen varías modalidades.
La primera, y clásica, es el piso de alquiler que un propietario sin escrúpulos acondiciona para albergar entre 15 y 20 camas con literas y sofás cama. El baño y la cocina se comparte por turnos.
«Los inmigrantes suelen pagar unos 30 euros semanales», una cantidad sensiblemente inferior si consideramos que por un piso de tres habitaciones (¿seis camas como mucho?) se llega a pagar entre 500 y 600 euros. Eso sí, el arrendatario saca mayor tajada. Hombres, mujeres y niños de distintas familias, incluso desconocidos entre sí, comparten de este modo la vivienda. En algunos casos son los mismos inmigrantes los que realquilan la vivienda.
La voz de alarma en la capital valenciana se dio cuando se descubrió el pasado año un «piso patera» en el barrio valenciano de Torrefiel donde residían nada menos que una treintena de inmigrantes indios en condiciones de insalubridad.
Quejas vecinales
Posteriormente, a principio de este año, las quejas vecinales y una fuga de agua destaparon la existencia de otra de estas infraviviendas en la localidad de Burjassot donde un grupo de entre 20 ó 25 rumanos residía en un piso de apenas 70 metros cuadrados. En total pagaban unos 1.200 euros por un piso en una finca de 50 años. Hasta se les podía ver dormir en los balcones las noches de verano. El propietario del piso era un ciudadano de origen paquistaní.Ruzafa, Orriols y El Carmen son otros de los barrios de la capital valenciana donde se han detectado situaciones de hacinamiento en viviendas. En la capital alicantina se han detectado situaciones de «pisos patera» en los barrios de la Zona Norte (Juan XXIII, Colonia Requena y Nou Alacant), donde un informe del Ayuntamiento reveló que en el 9 por ciento de los pisos vive más de cinco personas.
Los «pisos patera» son utilizados fundamentalemente por trabajadores de la construcción de origen rumano y subsahariano. La segunda versión de los denominados «pisos patera» son el alquiler de las «camas calientes», pues son utilizadas por turnos, tal y como indica la Asociación de Amas de Casa Tyrius, que asesora al colectivo inmigrante que en la Comunidad asciende a más del 16 por ciento de la población, 838.000 personas.
La crisis económica ha disparado todas las alertas en este sentido. Las denuncias vecinales y las inspecciones policiales y de los departamentos de Sanidad de los diferentes consistorios tratan de erradicar estas situaciones que pueden ser potenciales focos de riesgo sanitario. Los expedientes de salubridad sobre inmuebles que están habitados por entre 10 y 25 personas son habituales en los consistorios.
Sin ahorros
La crisis hace estragos y los inmigrantes sin una red de apoyo familiar y con escaso índice de ahorro ya que son enviados a sus países de origen buscan salidas desesperadas ante una situación que les golpea con más virulencia. Crisis y vivienda hacen mal binomio, como todos saben bien.

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