Un inmigrante que vende 'kleenex' devuelve una cartera con 2.700 euros

El propietario del billetero, vecino de Sevilla, le dio las gracias y 50 euros

Diario Vasco, 14-08-2008

«No habría sido feliz gastando ese dinero», resumía ayer Dom Amby, un inmigrante nigeriano de 44 años que vende pañuelos de papel junto a un semáforo en Sevilla, después de entregar a la Policía una cartera con 2.700 euros en metálico que encontró en la calle. Ejemplo de honestidad, el hombre respondía por la tarde a las preguntas de los periodistas mientras continuaba con su quehacer diario, a 40 grados al sol, en el barrio de Los Remedios, a pocos metros de su particular hallazgo.

Unas horas antes, la Policía Nacional recibía de manos del inmigrante una cartera de piel que había encontrado en la rotonda de la Carretera de la Esclusa. El billetero contenía 2.700 euros en efectivo, un cheque por valor de 870 euros, un talonario de cheques, una cartilla de ahorros, así como documentación personal y empresarial.

«Habría sufrido»

«Cuando me dijeron que la cartera que devolví tenía 2.700 euros pensé que era muchísimo dinero, pero el dinero no toca mi cabeza ni mi corazón, y gastar ese dinero me habría hecho feliz un momento, pero me habría hecho sufrir toda mi vida», confesó más tarde el hombre.

Los agentes, al examinar el interior de la cartera y comprobar el dinero que había, investigaron la documentación que contenía para, posteriormente, localizar a la empresa a la que pertenecía.

De esta forma, los efectivos encontraron a Fernando P.G., un vecino de la capital andaluza de 68 años, que se mostró «naturalmente nervioso» por lo sucedido horas antes, «cuando circulaba en moto por la Carretera de la Esclusa, de vuelta de realizar unas gestiones». La Policía le entregó todo el material recuperado en la comisaría de Triana, donde informaron al propietario de todo lo sucedido.

Tras conocer la historia y el generoso comportamiento del inmigrante, el dueño de la cartera se personó en el semáforo donde Dom Amby vende kleenex, se cercioró de que había él quien devolvió la cartera, le dio las gracias y le entregó un billete de 50 euros.

El nigeriano pensó enseguida qué destino le iba a dar al donativo. El dinero lo gastará en su hijo de cinco años, con el que vive hace un año y medio en San Juan de Aznalfarache, una localidad cercana a Sevilla, a donde se trasladaron tras emigrar de Nigeria, explicó.

Su compañero de labor Kingsley Kene, que también vende pañuelos, destacó por su parte que gracias a esta acción espera que la opinión de la gente hacia los extranjeros cambie, «porque hay muchas personas que piensan que no somos buenos, y yo digo que sí lo somos». AGENCIAS

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