Un cubano se quema a lo bonzo en una gasolinera del casco urbano de Linares

ABC, JAVIER LÓPEZ, 13-08-2008

Tenía pocos años (34), mucha desesperación y una botella de disolvente con la que se quemó a lo bonzo en una estación de servicio de Linares. El joven de origen cubano, afincado en la ciudad jiennense, decidió acabar con su vida en el ecuador de la madrugada del martes. A las 4.30 horas convirtió su angustia en llama ante el estupor del personal de la gasolinera. Un empleado de la misma apagó el fuego con un extintor cuando había devorado la mitad de la piel del joven. Una ambulancia le trasladó inmediatamente al hospital de San Agustín, desde el que por la magnitud de las heridas le desplazaron hasta la unidad de quemados del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde permanece grave con quemaduras de primer y segundo grado en el 50% del cuerpo.
Antes de que todo ocurriera, la víctima había acudido a la gasolinera con una botella de refresco vacía y había solicitado al operario que se la llenara de gasolina, a lo que éste se negó «porque lo prohiben las ordenanzas». Fue entonces cuando el hombre sacó una botella de disolvente, le quitó el precinto y se la roció por encima del cuerpo, tras lo cual se prendió fuego. Convertido en pira humana, accedió a la oficina de la estación, donde el empleado con el que había discutido le salvó de morir abrasado.
Se da la circunstancia de que la gasolinera situada prácticamente en el casco urbano de la ciudad no solamente dispensa combustible sino que también almacena bombonas de butano.

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