Doce días de cooperación en Iberoamérica

El Mundo, ESTHER MUCIENTES. Enviada especial, 12-08-2008

De la Vega deja millones en México, República Dominicana, Haití y El Salvador y recaba apoyos para que los inmigrantes puedan votar en España Han sido 12 días de intenso trabajo, de encuentros, reuniones y viajes fugaces; pero, sobre todo, han sido 12 días para la cooperación española en Iberoamérica. De la mano de María Teresa Fernández de la Vega, España ha llevado a México, República Dominicana, Haití y El Salvador proyectos de financiación, ayuda y desarrollo que han simbolizado el compromiso español con «nuestros hermanos latinoamericanos».


La gira de la vicepresidenta primera ha tenido dos ejes centrales. Por un lado, los acuerdos para el desarrollo de nuevas tecnologías, como la presentación del proyecto del Parque Científico – Tecnológico de la ciudad de Cuernavaca, en México, o los acuerdos con el Centro Tecnológico de Monterrey. Por otro, los acuerdos de financiación de distintos proyectos de cooperación.


Los cuatro días que De la Vega pasó en México fueron los más importantes en materia de colaboración empresarial y económica. Allí se reunió con empresarios españoles asentados en el país azteca, y viceversa. «España y México siguen caminando juntos», dijo la número dos del Gobierno tras reunirse con el presidente mexicano, Felipe Calderón.


El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es consciente de la importancia que tiene para España situarse en una «posición privilegiada» en países como México, donde las reformas económicas del presidente Calderón han convertido al país en un objetivo empresarial.


Pero también la igualdad – con una aportación de más de cuatro millones para la lucha contra las desigualdades y la violencia de género – y la inmigración han ocupado un importante espacio de esta visita.


En República Dominicana, estos temas, prioritarios para el Gobierno de Zapatero, se entremezclaron con importantes proyectos de rehabilitación y ayuda, de la mano de la Agencia Española Internacional para el Desarrollo (Aecid). En Santo Domingo, España se comprometió a financiar con más de un millón de euros la revitalización del maltrecho barrio de Santa Bárbara, gran parte de él sin luz o agua potable.


En materia de inmigración, la visita de la vicepresidenta ha servido para apaciguar los ánimos y no generar malentendidos en los países latinoamericanos con la recién aprobada directiva de retorno de la UE. «Nunca, nunca, nunca se aplicará la directiva en España», quiso dejar claro.


Por otro lado, la iniciativa impulsada para que los inmigrantes legales en España puedan votar ha estado presente en casi todos los países visitados. De la Vega ha buscado el apoyo de los gobiernos latinoamericanos para, «cuanto antes», empezar a negociar las reformas necesarias en cada país de origen para que el proyecto se convierta en realidad.


«Estamos convencidos de que aquéllos que aportan riqueza y diversidad a nuestra sociedad, que participan de su vida, que pagan sus impuestos, que cumplen con sus deberes ciudadanos, deben participar también, al completo, de todos sus derechos», instó la vicepresidenta.


Uno de los momentos más duros del viaje llegó en Haití. En Puerto Príncipe, la comitiva pudo comprobar la extrema pobreza de un pueblo en el que la violencia y la miseria apenas permiten sobrevivir. En la barriada de Ciudad del Sol sólo un pequeño «trocito de España» arrojaba luz: la Congregación de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, a la que el Gobierno brindará 240.000 euros. «Trabajamos con quienes nunca se han resignado. Es una apuesta por la existencia de un mundo mejor», dijo De la Vega.


Como ya es tradición en las giras de la vicepresidenta por América Latina, el último país de su gira siempre es aquél en el que se celebrará la Cumbre Iberoamericana. En El Salvador, la vicepresidenta, además de ir cerrando agenda sobre la Cumbre, tuvo ocasión de dejar otro pedacito de España con la inauguración de la planta de tratamiento de aguas en la bahía de Jiquilisco. También visitó el polígono industrial Don Bosco, donde miles de jóvenes que han salido de pandillas violentas reciben formación y fundan sus propias empresas. Allí, De la Vega recordó el compromiso de España contra la delincuencia a través de un programa de 9,5 millones de euros para el periodo 2006 – 2009.

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