“Nadie niega que la situación de estos menores sea complicada y difícil, pero lo que quiere la Diputación [de Guipúzcoa], poder meterles en centros cerrados y expulsarlos, no contempla ninguna posibilidad de reformar a los chavales simplemente porque son extranjeros”. La frase, pronunciada ayer por Peio Aierbe, de SOS Racismo, resume las críticas de su organización al tratamiento que la institución foral está dando a los últimos casos de agresiones sexuales cometidas por menores inmigrantes.

“¿Por qué no nos planteamos expulsar a los menores problemáticos guipuzcoanos?”, se pregunta Aierbe, para responder: “Porque tenemos una mirada distinta con estos problemas cuando involucran a extranjeros. Estas noticias conectan con algunos prejuicios que demonizan el comportamiento de todos los menores extranjeros no acompañados y dificulta el trabajo con los que se comportan de forma positiva”, resaltó a este periódico el responsable de la ONG antirracista.

Aierbe pide que se les trate como menores, no como extranjeros. Y aboga por aplicar a quienes tengan conductas antisociales las mismas sanciones previstas para los autóctonos, así como medidas educativas para su integración.

“Olvidamos que cada persona responde por sus actos. Se responsabiliza a todo el colectivo y se inicia una carrera de declaraciones que sólo aumenta el racismo existente”, destacó Aierbe, aludiendo al planteamieneto del edil socialista donostiarra y diputado Ernesto Gasco de estudiar una reforma de la ley para expulsar automáticamente de España a los menores inmigrantes que cometan cualquier abuso sexual.

“Estas declaraciones intentan tranquilizar a la ciudadanía mostrando músculo frente a un objetivo débil como los menores. Jalear posiciones populistas puede dar votos, pero enquista y agrava problemas a los que esta sociedad debe hacer frente a partir de valores y principios”, concluyó.