Probablemente, los cientos de jóvenes africanos que salieron hace meses de su casa rumbo al puerto de Nuadibú (Mauritania) – de dónde partieron 71 de los 93 cayucos que han llegado a Canarias en lo que va de año – , no se hayan enterado de que en España ha estallado la burbuja inmobiliaria y el trabajo escasea. Pero la cifra de llegada de inmigrantes a bordo de embarcaciones se ha reducido un 9% respecto al año anterior, y un 13% sólo en Canarias.

La situación económica es precisamente, uno de los factores a los que el Gobierno atribuye el descenso del número de sin papeles llegados a Canarias. “Los inmigrantes saben que la situación aquí ya no es la que era”, dicen fuentes del Ministerio de Trabajo e Inmigración. Su titular, Celestino Corbacho, planea una gira por los países de origen de la inmigración clandestina para “explicarles, a partir del mes de septiembre, que la situación ha cambiado y que España no va a necesitar la mano de obra extranjera que necesitaba antes”, añadieron desde el ministerio.

Otro factor en el descenso de llegada de cayucos es el control fronterizo. El 45% de las embarcaciones ya son interceptadas en aguas africanas por patrulleras mixtas formadas por agentes españoles y de los países de origen.

Los convenios firmados con los gobiernos africanos por el Ministerio del Interior han permitido, además, multiplicar el número de sin papeles que son repatriados, entendiendo la vuelta a casa como un elemento de disuasión, aunque en la práctica, los cayucos llevan cada vez más niños, porque sus padres saben que en España, los menores no pueden ser devueltos a sus países.

Otro factor que puede haber contribuido al descenso de llegadas de inmigrantes es la lucha contra las mafias. Prácticamente todos los sin papeles que arriesgan la vida para llegar a Europa han pagado a un patrón por una plaza en un cayuco. En los siete primeros meses del año 11.063 personas fueron detenidas por delitos relacionados con redes de inmigración ilegal, 81 de ellas patrones de embarcaciones. En la actualidad, hay 171 en centros penitenciarios, según Interior.

En total, hasta el 31 de julio, han llegado a las costas españolas 7.165 inmigrantes a bordo de cayucos, 718 menos que en el mismo periodo de 2007. En Canarias, que recibió a 4.939, han sido 741 menos que el año anterior. También han sido menos los inmigrantes llegados a Ceuta y Melilla: 547 en 2008, frente a 735 del año pasado. Cerca de 1.700 arribaron a las costas andaluzas en los primeros seis meses del año.

Las expectativas son buenas, pero el descenso del número de embarcaciones llegadas a la costa se atenuará a finales de año. Septiembre es, tradicionalmente, el mes de mayor tráfico de cayucos. Es en los últimos cinco meses del año cuando más inmigrantes lo intentan. Al contrario de lo que pudiera parecer, el mar es mucho más benévolo en septiembre u octubre que a principios de verano. En agosto de 2006, el año de la avalancha de cayucos, llegaron a Canarias 6.319 inmigrantes y el mes siguiente, 7.538 (887 en un sólo día).

El pico de este año está en 329, el número de sin papeles que arribaron a Canarias el 18 de junio. Pero los cayucos llegan durante todo el año; si todo va bien, es una travesía de tres o cuatro días desde Nuadibú, con dos motores funcionando y entre 600 y 1.000 litros de combustible.

Los patrones han tenido que agudizar el ingenio para sortear a las patrulleras mixtas que controlan la costa mauritana. De momento, lo intentan con un método que no siempre funciona: el disfraz. Simulan ser pescadores porque esa era la utilidad de esta embarcación de entre 10 y 15 metros de eslora, hasta que alguien descubrió que podía llevar hasta 80 inmigrantes a Canarias en un solo viaje. Para no levantar sospechas, las mafias suelen dejar el cayuco que intentará llegar a Europa esperando en una zona alejada en el alta mar y llevan a sus ocupantes, en grupos de 10 o 12, en otros cayucos – taxi.