Verona / Ley

Italia castiga y multa la 'mala vida'

El Mundo, IRENE SAVIO. Especial para EL MUNDO, 01-08-2008

El alcalde de la ciudad, de la Liga Norte, ha puesto en marcha una ordenanza municipal que prohíbe la prostitución, la indigencia y la conducta crápula para mantener la decencia pública Gracias a la ampliación de poder en los municipios italianos, el alcalde de Verona, Flavio Tosi, ha puesto en marcha una serie de medidas contra las prostitutas y los mendigos. De este modo se busca combatir los hábitos desordenados y las oleadas de inmigrantes inadaptados.


L es costará caro a los ciudadanos de la norteña Verona contratar en la calle o en casas privadas los servicios sexuales de meretrices. Y no sólo a ellos. «Hemos decidido aplicar, entre otras normas, una multa de hasta 500 euros a quienes violen las medidas anti prostitución», aseguró Flavio Tosi, el alcalde la ciudad italiana.


«Queremos garantizar aquí, en Verona, el orden público», añadió en plan sheriff el político que es además miembro del partido extremista de la Liga Norte, aliado gubernamental de Silvio Berlusconi.


Más aún. La ordenanza municipal firmada por Tosi, que pudo emitirse gracias a la ampliación de los poderes de las alcaldías previstos en Paquete sobre Seguridad – aprobado la semana pasada en el Parlamento – , prevé también una serie de medidas de lucha contra indigentes, borrachos y quienes violen «las normales normas del buen vivir».


Si, por ejemplo, uno es hallado pidiendo limosna en la ciudad de Romeo y Julieta, será multado con el secuestro de todo el dinero que posea en ese momento y 100 euros de sanción por violar la normativa. Si, en cambio, bebe alcohol fuera de un ejercicio público la multa irá de los 100 hasta los 500 euros.


Pero si en el caso de la prostitución, «el objetivo es eliminar al tráfico de esclavas sexuales e impedir al resto de los ciudadanos ejercer sus derechos», las medidas contra la indigencia apuntan a reducir el cuantioso número de inmigrantes que lavan luchas en los semáforos, explicó el alcalde, cuya propuesta ha suscitado tantas muestras de enfado como de admiración en Verona.


Entre sus detractores está nada menos que la Iglesia italiana, que el pasado lunes publicó un duro artículo en el católico Avvenire. «Vencer a la pobreza haciendo desaparecer a los pobres» era «una pura presunción», publicó Avvenire, periódico controlado por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).


«No es una ordenanza contra los pobres sino a favor, contra quienes se lucran con los débiles enviándolos a pedir limosnas en las calles», replicó ayer Tosi, de 39 años y con una amplia trayectoria política.


Sin embargo, tampoco se salvarán los veroneses o los turistas que visiten la ciudad de las medidas de Tosi. 50 euros es la cifra prevista para quienes cometan otras pequeñas violaciones como quitarse la remera en el centro de la ciudad y bañarse en las fuentes públicas, colocar una tienda de campaña donde está prohibido o tirar basuras en el suelo en lugar de hacerlo en los contenedores.


Flavio Tosi no es ajeno a las polémicas. En 2007 fue uno de dos alcaldes – la otra era la alcaldesa de Nápoles, Rosa Iervolino – en prohibir fumar en los parques públicos. A raíz de sus políticas anti inmigración fue también procesado por racismo en primero y segundo grado, pero luego el Tribunal Supremo anuló todo. Y sus opositores además lo acusan de ser un extremista con amigos neonazis.


En su partido, la Liga Norte, sin embargo, tiene un gran aliado: el fundador del partido, Umberto Bossi. Este último propuso en junio a Tosi como el nuevo candidato a la región de Véneto, un cargo que es una clara promoción política.


No es la primera vez que alcaldes del norte de Italia suscitan polémicas con medidas semejantes. En 2007, el alcalde de Cittadella exigió a los inmigrantes una renta mínima de 5.000 euros al año por residencia.

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